El gamo (Dama dama) es un herbívoro rumiante de la familia de los cérvidos introducido en España en el siglo XV. De tamaño intermedio, los machos llegan a alcanzar los 60-70 kilogramos y una altura a la cruz de 80 centímetros, mientras que las hembras, de menor tamaño se sitúan en torno a los 50 kilogramos y 70 centímetros de altura.

Poseen un pelaje variable en función de la época del año y edad. En verano, encontraremos a los adultos con colores rojizos salpicados de motas blanquecinas y una característica línea blanca flanqueada con otras negras en el lomo. En invierno, este pelaje muda a tonos más pardos perdiendo las motas. Como curiosidad, podemos encontrar casos de gamos blancos, negros y con pelajes mezclados, aunque no es habitual.

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Imagen gamo. © Shutterstock

Las crías de gamo durante sus primeros meses de vida tienen un color marrón salpicado con pintas blancas característico, que les hace pasar inadvertidas entre la vegetación frente a sus principales depredadores en su etapa más temprana mientras esperan la llegada de la madre para ser alimentados.

Morfología

La diferenciación de sexos en el gamo es muy sencilla gracias al dimorfismo sexual y un mayor tamaño de los machos. Éstos poseen dos cuernas durante gran parte del año en forma de pala aplanada acompañada de diferentes puntas. Únicamente están desprovistas de ellas entre los meses de abril y junio, momento en el que se produce de nuevo su formación protegida con un terciopelo del que más tarde se desprenderá frotándose en ramas y arbustos para dar paso a una nueva cuerna.

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Cuernas gamo con terciopelo. © Shutterstock

Ronca del gamo

Durante el mes de octubre se produce el celo de los gamos denominado ronca. Éste nombre proviene del sonido de cortejo que producen los machos en forma de ronquido durante esta época y con el que acompañado de frecuentes carreras y luchas consiguen las mejores zonas de pasto para cubrir el mayor número de hembras posible.

Pasados aproximadamente 8 meses y con la llegada de la primavera, las hembras de gamo parirán una cría. La época de partos se produce durante el momento de más alimento y refugio para así garantizar un mayor éxito de natalidad frente a depredadores como el zorro.

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Ronca del gamo. © Shutterstock

Costumbres

Los gamos son animales gregarios formando grupos, en ocasiones de gran tamaño, diferenciados por sexo.

Normalmente encontraremos a los machos adultos separados del grupo de hembras, crías y machos jóvenes del año anterior. Juntándose solo durante la época de la ronca para llevar a cabo la reproducción.

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Grupo de gamos. © Shutterstock

Hábitat y distribución del gamo

Como ya hemos indicado, el gamo es un animal introducido en España durante los últimos siglos. Anteriormente era muy común y ampliamente extendido por toda Europa, hasta que llegadas las glaciaciones su población quedo aislada a algunos puntos de la cuenca mediterránea oriental y Asia.

Esta reintroducción hace que su distribución sea muy dispersa a lo largo del territorio español, encontrándose gran parte de la población en fincas privadas o lugares endémicos como el monte de El Pardo en Madrid, Riofrío en Segovia o Doñana.

Sus hábitats idóneos son los bosques caducifolios de cierta humedad y dehesas donde abunde el pasto, fuente principal de alimentación.

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Hábitat gamo. © Shutterstock

Recechos de gamo

Los recechos de gamo durante la ronca y la montería tradicional son las dos principales modalidades cinegéticas que se llevan a cabo para cazar y controlar la población de esta especie en España.

Aunque cinegéticamente no goza del interés de otros animales como ciervos, corzos o cabras monteses, el gamo cada vez resulta más atractivo a los cazadores que ven en su inteligencia y la dificultad de su caza un reto al que enfrentarse.

Estas prácticas garantizan un número adecuado de animales en las fincas privadas y entornos donde habita, evitando posibles enfermedades y problemas en la vegetación que pudieran derivar de un número excesivo de animales.

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Recechos de gamo. © Shutterstock