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Gamo Arrow: una carabina PCP para todos los públicos

© Israel Hernández

Desde su fundación en 1955 Gamo siempre ha sido un referente en el mercado de armas de aire comprimido de calidad. Su fama no es inmerecida, cabe recordar que a día de hoy es el mayor productor de este tipo de carabinas en Europa y el mayor productor de balines del mundo.

Y no ha llegado a ocupar ese puesto por casualidad, puesto la firma española siempre ha sido pionera en la innovación en su sector. Este mes traemos a nuestras páginas una de sus grandes novedades, diseñada para acercar el mundo PCP a todos los públicos. Se trata de la carabina Gamo Arrow, un modelo totalmente rompedor en el más amplio sentido de la palabra.

Un precio extraordinario

¿Por qué es tan revolucionaria la Arrow? En primer lugar por lo que cuesta. Gamo ha lanzado este modelo a casi la mitad del precio de partida que el resto de carabinas de su catálogo. Con un PVP de 225 euros, su coste está muy por debajo de los 400 o 500 euros en los que se suele mover este tipo de armas. Acceder al mundo PCP de Gamo, por tanto, será mucho más accesible gracias a este modelo.

Para quien no lo sepa, las siglas PCP corresponden a las palabras Pre Charger Pneumatic –aire precomprimido–. Estas carabinas incorporan un cañón estriado de máxima calidad y, a diferencia de las tradicionales, es fijo. Al ir soldado, garantiza mayor precisión que las articuladas, las cuales deben abrirse para ser recargadas.

Las carabinas PCP cuentan con cargadores y un depósito de aire recargable que, en el caso de la Arrow, puede almacenar aire hasta un máximo de 350 bares de presión, aunque el fabricante recomienda no llenarlo a más de 232.Con esta carga en la unidad probada, fuimos capaces de hacer una media de unos 80 disparos. Una vez realizados, volvimos a recargar la Arrow con una bomba manual de alta presión fabricada por Gamo para realizar esta sencilla operación.

Reloj de presión situado en la parte delantera de la carabina. Indica la presión que tiene el aire precomprimido. © Israel Hernández

Otras de las ventajas de este tipo de carabinas frente a las convencionales de muelles es que son casi totalmente silenciosas al disparar y que mantienen una velocidad constante. Su potencia de disparo es tal que sería posible abatir un jabalí o un ciervo dándole en la frente a una distancia corta, como se puede ver en muchos vídeos de Internet.

Así es la Arrow

Hasta aquí hemos visto algunas de las características que comparte la Arrow con el resto de armas de su categoría por el hecho de ser PCP. Ahora vayamos a las que la convierten en un modelo totalmente rompedor en su categoría.

En primer lugar, su gran capacidad de carga. La Arrow cuenta con un cargador rotativo –tipo tambor de revólver– que se extrae por un lateral y que puede almacenar hasta 10 balines. Además, dispone de un número muy visible que nos indica el número de proyectiles que nos quedan por disparar.

El innovador cargador rotativo tiene una capacidad de diez balines. © Israel Hernández

Para recargar, esta carabina cuenta con una palanca en forma de flecha en su parte trasera que se acciona fácilmente tirando hacia atrás de ella. La excelente posición que ocupa hace que sea muy sencillo y rápido recargar con el arma encarada, por lo que la repetición de disparos se hace de forma rápida.

Además, todo el recubrimiento externo de la Arrow es plástico, lo que la protege de las inclemencias del tiempo y de la oxidación. Cuenta con un carril para incorporarle un visor y con alza y punto de mira en fibra fluorescente y permite acoplar un bípode para facilitar el disparo. Sin duda, estamos ante una extraordinaria carabina que tendrá una gran acogida en el mercado.

La prueba

Resultado de la prueba realizada. © Israel Hernández

La unidad que probamos era del calibre 5,5. A pesar de que es más lenta que la del 4,5 –268 m/s frente a 386–, nos sorprendió su velocidad y precisión.

Realizamos una serie de disparos para familiarizarnos con el gatillo. Lo primero que nos llamó la atención al disparar por primera vez fue lo silenciosa que es, en parte gracias a su reductor de sonido Whisper Fusion. Quisimos agotar su carga de aire, y para ello fue preciso recargar hasta ocho veces el cargador circular de diez balines.

Una vez vaciada su carga y con la aguja de presión a punto de entrar en la zona amarilla, conectamos la bomba y la accionamos hasta volver a los 232 bares. A continuación colocamos una diana a 15 metros y, con las miras abiertas, y bien apoyados, pusimos a tiro la carabina, que colocaba los balines demasiado arriba y a la derecha. Fue muy sencillo hacerlo y nos bastó con un cargador. Una vez centrado, nos colocamos a 20 metros y disparamos de pie y sin apoyo, consiguiendo la agrupación que se puede ver en la foto inferior. Hay que destacar que los disparos los realizamos con miras abiertas , sin visor y sin el auxilio del bípode que traía incorporado. A excepción de un disparo descolgado –culpa del tirador– todos los balines tocaron el 9, algo que no está nada mal en una diana que, a 20 metros, se ve realmente pequeña.

Sus datos

       
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