Gallo banda, perdigón guía… en cada zona de España lo llaman de una manera y en todas está envuelto en el mismo halo de misterio: ¿Por qué algunos machos de perdiz roja (Alectoris rufa) tienen unos puntitos negros en su cola? La creencia popular indica que los ejemplares que presentan estas manchas son los jefes del bando de patirrojas, generalmente machos viejos muy dominantes y bravos difíciles de encontrar y, por supuesto, de cazar.
Esas viejas creencias señalan que esas marcas que presentan en la parte interna de las plumas de la cola son una especie de ‘galones’ reservados a los mejores perdigones, por eso muchos cazadores las conservan como si de los colmillos de un jabalí medalla de oro se tratase. Pero ¿qué dice la ciencia sobre esto? ¿Es un mito o una realidad?
La opinión de un experto sobre el gallo banda
Para salir de dudas contactamos con Carlos Sánchez, Licenciado en Veterinaria por la Universidad de León y coordinador de proyectos de investigación en Fundación Artemisan. Él conoce muy bien nuestra perdiz roja y afirma que «casi todo lo que sabemos es leyenda y no tenemos nada demostrado científicamente». Aún así, Sánchez reconoce que «es cierto que se ha observado principalmente en machos y que parece ser que sale en individuos viejos. La esperanza de vida de una perdiz son aproximadamente dos años, por lo que se ve y observa en machos ya casi al final de su vida».
Aún así, no hay nada claro y el fenómeno no ha podido ser estudiado científicamente: «No sabemos la edad real de estos machos: sabemos que son adultos, pero no más. Además, no sabemos si es algo que pueda ser genético y que determinadas perdices tengan predisposición a desarrollarlo», asegura. «Lo que está claro es que es un carácter fenotípico que es muy apreciado porque no está en todas las perdices pero no tenemos nada publicado ni en inglés ni en castellano al respecto», concluye.
Como vemos, la ciencia aún no ha arrojado luz sobre estas enigmáticas plumas que tantas historias han alimentado al calor de la lumbre en conversaciones de veteranos cazadores.
Así es un gallo banda
El seguidor de Jara y Sedal, Adrián Naranjo, cazaba a principios del mes de octubre un macho de perdiz roja que era un auténtico gallo banda. Lo hacía en La Solana (Ciudad Real), y nos mostraba la inconfundible marca de sus plumas traseras que le otorga esta condición. Como se puede apreciar en las imágenes que compartimos a continuación, se puede observar que esta patirroja, además, tenía un penacho de plumas blancas en su pecho muy llamativo. Sin duda un extraordinario ejemplar que ilustra a la perfección cómo es un perdigón guía.