Después de dedicar cuatro noches de espera en el puesto al lado de una charca de su coto social, padre e hijo se hicieron hace unos meses con un destacable jabalí que siempre se les quedará en el recuerdo. Así nos lo cuentan.
1/2/2020 | Redacción JyS
El joven cazador Francisco Javier Dávila Sanabria, natural de la localidad pacense de Quintana de la Serena, abatió hace unos meses de un gran disparo durante una apasionante noche de espera en su coto social, un destacable jabalí en las cercanías de Zalamea de la Serena, pueblo vecino al que reside.
«A la cuarta espera fue cuando tuve la suerte de quedarme con él», relata el cazador. En la previa de la cuarta y última espera, Dávila decidió ir por la mañana a mirar la charca y para preparar el puesto para esa noche: «Tuve un buen augurio», relata. «Esa noche de sábado, mi padre y yo fuimos y nos pusimos con mucha ilusión», reseña.
Al caer la noche, «lo primero en entrar fue una cierva que rápidamente se fue dando ladridos», admite. A los pocos minutos «empezamos a sentir pájaros revolando y ahuyentados por algo, por lo que en ese momento sentimos que venía con mucho recelo, chasqueando y despacio el jabalí», explica.
El animal se quedó parado a unos 70 metros de distancia: «Decidí girarme y prepararme para poder disparar si en este caso cruzaba un claro», admite. En ese instante, el jabalí se dio la vuelta y decidió ir a la baña que tenía dentro de la charca, la cual ya le quedaba muy poca agua por ser verano. «Al empezar a bajar la barrera de la charca, yo lo veía claro y decidí alumbrarle».
En ese momento utilizó su rifle Browning Bar 2 en calibre .300 Winchester Magnum y una bala Remington Core-Lokt de 180 grains para tratar de abatirlo. «No era nada fácil pero apunté por debajo de la oreja, apreté el gatillo y… ¡cayó fulminado!», comenta sobre el disparo que hizo caer al animal sobre su sombra. «Al acercarnos pudimos ver del gran trofeo del que se trataba después de una noche increíble», concluye el joven.
Dos hermanos cazan a cuchillo un colosal jabalí ‘aculado’ en un zarzal
El rehalero cacereño Daniel Muñoz Martín, natural de la localidad extremeña de Peraleda de San Román, cazó a cuchillo el pasado mes de noviembre un tremendo jabalí medalla de oro después de que se aculase en una mata. La montería tuvo lugar en la finca El Planchón, situada en el término municipal de Garvín de la Jara (Cáceres). Allí, el joven Daniel y su hermano Rubén Muñoz cazaban con las ‘Rehalas Julio’ para la montería en abierto. Te lo contamos aquí.