A principios de 2014 las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura exponían en la conferencia sectorial de agricultura y desarrollo rural desarrollada en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, su intención de promover una licencia interautonómica que fuera válida para cazar en las tres regiones. La aparente innovadora fórmula nacía con la intención de extenderse a toda España y serviría para reducir la burocracia en el sector cinegético y facilitar la movilidad de los cazadores. Pero no era nada nuevo: España ya implantó una única licencia de caza, más de cien años atrás.
Hasta la llegada de la Ley de Caza de 16 de mayo de 1902, las licencias para cazar en España las concedían los dueños de las tierras o las justicias de cada zona. Pero tras su aprobación, el artículo 47 del reglamento que la desarrollaba estableció que las licencias de caza serían expedidas por el Gobernador de una provincia y que surtirían «sus efectos en toda la Península e islas adyacentes». Por lo que, con un único pago, podía cazarse en todo el país.
Estas licencias autorizaban a su titular a usar armas de fuego y cazar (actualmente son dos permisos separados) y para obtenerlas los usuarios debían tener un mínimo de 15 años.
La Ley de caza de 1970 mantiene la licencia única de caza
En 1970 la legislación cambió, pero la licencia única de caza seguía existiendo. El Decreto 506/1971, de 25 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento para la ejecución de la Ley de Caza de 4 de abril de 1970, establecía tres tipos de licencia dentro de la clase A, es decir con arma de fuego: la nacional -que era anual y servía para cazar en toda España-, la regional -anual y válida para cazar en la provincia de residencia del titular y en las limítrofes- y la temporal -válida para cazar en todo el territorio nacional durante dos meses-.
Las licencias de clase B eran para cazar sin arma de fuego, la clase C para cazar con aves de cetrería, hurones, reclamos de perdiz macho o poseer rehalas y la D para personal del ejército y otros cuerpos armados. Los precios oscilaban entre las 250 pesetas de la regional hasta las 5.000 que costaba una de rehala.
Las comunidades ponen fin a la licencia nacional… e intentan recuperarla
Años después, y tras la Constitución de 1978 que estableció el camino para que a partir de las provincias existentes se constituyeran las Comunidades Autónomas, comenzaron a aparecer poco a poco las licencias de caza por comunidades, desapareciendo la licencia nacional.
Tras varias décadas teniendo que obtenerlas por regiones, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura encendieron la mecha de un proyecto que hoy reúne a ocho regiones diferentes. Concretamente hoy día es posible obtener la licencia interautonómica de caza por 70 euros, la cual permite practicar al actividad cinegética en: Aragón, Asturias, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, Madrid y la Región de Murcia.
Si bien en el resto de regiones hay que obtener la licencia autonómica para cazar e incluso en las citadas aún existe también la que te permite practicar la actividad cinegética solo dentro de sus fronteras, los cazadores españoles sueñan con poder obtener en el futuro una que permitiera moverse por todo el territorio nacional, como antaño.