Hay alimentos que tu perro no puede ingerir por mucho que te ponga caras y se le caiga la baba mientras observa cómo disfrutas tú comiendo… Firmeza y nuestros consejos es lo que necesitas para que tu compañero de caza esté sano como una pera.
3/7/2019 | Redacción JyS

Hoy día la mayoría de nuestros perros comen sano y equilibrado; el cazador cuida de que no falte el saco de pienso para su compañero para llenarle el plato diariamente y mantiene el bebedero siempre lleno de agua fresca. Pero quizás su afán por recompensar ese lance maravilloso que nos ha brindado el perro, o esa postura de minuto largo sin moverse apuntando al conejo dentro de la mata, le lleva a suplementar su dieta con algunas delicatessen que para nosotros son bocatto di cardinale y para el perro puro veneno. He aquí algunos ejemplos.

1. Salados

Conocí un caso de una señora que se le fue la mano con la sal en el cocido; resultó incomible y por eso decidió aprovecharlo dándoselo al perro. A las pocas horas el animal comenzó con convulsiones, fiebre, vómitos y diarrea. Ella pensaba que le habían envenenado el perro, y efectivamente, la sal es un veneno. No es una buena idea compartir con nuestros canes snacks salados, jamón serrano o cualquier alimento con exceso de sal, descompensan el equilibrio iónico de su organismo y esto puede ser fatal.

2. Huevos crudos

La clara de los huevos posee una enzima llamada avidina que impide la asimilación de una vitamina B, cuya carencia repercutirá en el estado de la piel y del pelaje del perro. Además es bien conocido el riesgo de transmisión de enfermedades tipo salmonelosis y colibacilosis a través del huevo. Bastará cocinarlo a una temperatura superior a los 70 grados para evitar ambos problemas.

3. Chuches

Caramelos, chicles, bollería, hasta la pasta de dientes pueden ser fabricados con un sucedáneo del azúcar llamado xilitol. El xilitol puede actuar en el organismo canino elevando los niveles de insulina en sangre y haciendo desaparecer la glucosa en la misma, lo que puede conducir a un fallo hepático. De nuevo los síntomas comienzan con letargo, vómitos y pérdida de coordinación motora; el perro empieza a deambular. Abstenerse los golosos de premiar a los perros con alimentos muy azucarados, los beneficios serían obesidad, problemas dentales y diabetes.

4. Chocolates, café, té

La mayoría de los dueños saben que el chocolate contiene una sustancia conocida como la teobromina, de efectos parecidos a la cafeína, que estimula el sistema nervioso y tiene un gran poder diurético. Lo que conllevaría a provocar serias arritmias cardíacas y situaciones de deshidratación. Cuanto más puro el chocolate, más negro, mayor será su concentración en teobromina, y podrá desencadenar cuadros de temblores, convulsiones al alterarse el sistema nervioso así como descompensaciones en el equilibrio de la hidratación que se manifiestan en una sed excesiva. Situaciones similares provocan alimentos que contengan cafeína, como Coca Cola y bebidas estimulantes tipo Red Bull. Para la cafeína no hay antídoto.

5. Leche y productos lácteos

Es tentador darle un trozo del cucurucho de helado a un perro en pleno agosto cuando te mira con la lengua de fuera, o un tazón de leche creyendo que le sentará bien, pero la mayoría de los lácteos causan diarrea y molestias digestivas en el can, incluso reacciones alérgicas con picazón y urticaria.

6. Cebollas y ajos

Crudos, cocinados, deshidratados, da igual cómo se administren. Consumidos en grandes cantidades o en dosis regulares pueden destruir las llamadas células rojas de la sangre causando anemia, debilidad, vómitos, falta de apetito y respiración dificultosa.
¿Quién se resiste a tirar un trozo de codillo de cerdo con su salsa que ha sobrado de la comida? ¿O una paletilla de cordero? ¡Parece un sacrilegio con un perro en casa! Pero la verdad es que estaríamos incorporando una enorme cantidad de grasa a su dieta y poniendo en peligro a nuestro perro ya que existe un riesgo real de provocarle una pancreatitis… y lo que es peor, un montón de astillas que pueden clavarse indiscriminadamente en cualquier punto del tracto digestivo, o provocar obstrucciones intestinales. Mejor no tentar a la suerte.

7. Uvas y pasas

A los perros les encantan, los he visto ponerse ciegos de uvas en una viña al principio de la veda, mientras les chorreaba el mosto por la boca. Pero no es una buena idea; pueden provocar fallo renal con síntomas como vómitos al inicio de la enfermedad. Hay que mantenerlos alejados de la ira de las uvas.

8. Aguacate, caquis, melocotones y ciruelas

Contienen una sustancia que podría ser tóxica consumida en grandes cantidades, pero el gran problema de estas delicias son sus semillas. Es una urgencia muy habitual en la clínica la obstrucción del aparato digestivo a causa de estas bolas, que en muchas ocasiones sólo se resuelve con la cirugía. Habría que enseñar a los perros a escupirlas.

9. Alcohol

Parece de ‘Perogrullo’, pero no quiero terminar sin hacer mención al daño cerebral y hepático que el alcohol puede causar a un perro, su organismo no está preparado para asimilarlo. Así que cuando prepares el morral para un día de caza, no olvides el agua para los perros. Son abstemios.

MENÚ CANINO

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¡PROHIBIDOS! RECOMENDADOS
Carnes y pescados crudos. Carne magra cocida.
Uvas, aguacates, melocotones, ciruelas Trozos de manzana, naranja, plátanos, melón (retirando las pepitas y semillas previamente)
Setas y hongos (pueden contener toxinas) Zanahorias, judías verdes, rodajas de pepino, calabacín. También patata cocida, pero nunca cruda.
Suplementos alimenticios Arroz y pasta cocinada
Exceso de carne de hígado Pollo cocido (retirando la grasa de la piel del pollo)
Pienso de gatos Pienso de perros.