Icono del sitio Revista Jara y Sedal

Un hombre se encuentra frente a frente con dos lobos y graba estas increíbles imágenes en Palencia

Los lobos captados por Diego de la Parte. © D. P.

Diego de la Parte, un naturalista oriundo de Aguilar de Campoo, se topó en la Montaña Palentina con la increíble imagen de dos lobos ibéricos. De la Parte, en declaraciones a Jara y Sedal, ha explicado cómo sucedió el apasionante encuentro: «Después de tener un bonito avistamiento de esta pareja de lobos por la mañana, les vi encamarse en una maraña de brezos con escobas», comienza relatando sobre el momento en el que decidió esperar a ver qué harían después.

Según avanzaba el día, el naturalista sabía que permanecerían allí las horas centrales y podría haber posibilidades de tener otro avistamiento por la tarde. «Eché el resto del día bicheando por la zona, y a la vez, di un rodeo por detrás de la ladera en la que se habían encamado, buscando así una mejor perspectiva y luz de cara a la espera de la tarde», recuerda.

Una vez allí y después de un rato mirando con los prismáticos, apareció el macho; sin embargo, identificó a la hembra en la ladera de detrás, por lo que andaban separados: «El macho bajó hacia un vallejo que quedaba entre ambos y esperó allí cauto y tumbado hasta que apareció la hembra», explica. «Juntos, se pusieron a carroñear los restos de una yegua, que hasta el momento no me había percatado de que estaban allí», cuenta De la Parte.

Como el terreno lo permitía, se acercó algo más a ellos para ganar ángulo de visión, sabiendo que en ningún momento le podrían detectar, puesto que el viento estaba calmado: «Allí permanecí el resto de la tarde avistando como comían los cuatro pellejos que quedaban, a la vez que vigilaban cada poco por si el peligro les acechaba, daban algún paseo y se tumbaban…», describe el naturalista.

Al final, ya con las últimas luces del día, decidieron ponerse en movimiento hasta que les perdió a lo lejos, «y menos mal, ya que tenía que salir de la zona por donde habían estado ellos toda la tarde, y no tenía ganas de molestarles. A la vez, tenía buen trecho hasta el coche y sabía que tocaría tirar de frontal», concluye.

       
Salir de la versión móvil