Por Joaquim Vidal
Hace muchos años que vengo observando la tarea de construcción de un nido, en este caso de la paloma torcaz. En un lugar privilegiado, como es mi casa, donde este año han batido el récord las torcaces que tienen al mismo tiempo seis nidos, diferentes parejas han anidado en árboles distintos pero contiguos: arce, amelia, tamarindo, olivo y encina. El año pasado anidaron también en almendro y granado.
En mi zona de observación el material que utilizan es ramitas secas de pino. Las primeras miden entre 30 y 35 centímetros, porque son objeto de la base del nido. El macho es el que realiza los viajes con el material y la hembra lo recibe y es quien construye el habitáculo.
Rara vez transporta dos palitos al principio, porque son muy largos. Hacia el final de la construcción suele llevar material más corto, que la hembra entrelaza en la base del nido.
En la construcción de éste nido -arce frente a la casa- ha empleado unas 360 ramitas, si bien tendríamos que contar las que se caen al suelo y las que pierde en el ir y venir al árbol.
Tengo que añadir que éste nido era de nueva construcción por lo que han realizado más viajes. El arce es un árbol de hoja caduca y el viento lo tiró al suelo después de Navidad, por lo que lo conservé para el estudio.
Cuando el nido es aprovechado de otro año no realiza tantos viajes. Por lo cercano del pinar a mi casa, las palomas emplean ocho o diez días en aportar el material en la construcción del nido.