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¿Cuánta agua necesitan beber las especies de caza? Jabalí, corzo, conejo, perdiz, liebre, ciervo…

Un conejo bebe en una charca de agua. © Shutterstock

En los meses de verano, cuando las temperaturas se disparan y la sequía castiga España, muchos animales salvajes sufren la falta de agua en su hábitat natural. Para paliar esta situación, los cazadores realizan una labor fundamental: aportar agua a la fauna salvaje mediante la instalación y el mantenimiento de bebederos artificiales.

Estos puntos de agua, que se distribuyen por todo el territorio, benefician tanto a las especies cinegéticas como a las no cinegéticas, contribuyendo a su conservación y bienestar. Además, los bebederos favorecen la biodiversidad, al facilitar la presencia de diferentes especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios. Los cazadores se encargan de rellenar los depósitos de agua, limpiar los abrevaderos y vigilar su correcto funcionamiento. Así, demuestran su compromiso con el medio ambiente y con el respeto a la naturaleza. Con esta iniciativa, los cazadores no solo practican una actividad deportiva y recreativa, sino que también colaboran en la gestión sostenible del medio natural y en la prevención de incendios forestales.

Se trata de una ayuda de incalculable valor medioambiental que se realiza en toda España y que ya te hemos explicado cómo puedes realizar correctamente en diferentes ocasiones, pero ¿cómo saber qué cantidad de agua es la que necesitan para sobrevivir?

Perdiz bebiendo en un punto instalado por cazadores. © Shutterstock

¿Cuánta agua necesitan?

No son muchos los estudios disponibles en relación con las necesidades concretas de agua por la fauna de nuestros cotos, si bien, se podría estimar que, aproximadamente, se requieren una media de unos 100 mililitros por kilo de peso vivo y día.

Además, existen particularidades en función de la especie a considerar, de modo que, por ejemplo, en el caso del corzo, por su elevado metabolismo y el reducido tamaño de su aparato digestivo, necesitará ingerir agua durante varias veces al día, mientras que jabalíes o ciervos, pueden hacerlo en un menor número de ocasiones.

Especies con mejor adaptación

Arruí. © Shutterstock

Por otra parte, los bóvidos como el muflón, la cabra montés o el arruí cuentan con una mejor adaptación a la sequía en comparación con los cérvidos, requiriendo cantidades de agua diarias que podrían ser hasta el 50% menores para ejemplares del mismo peso. En el caso del jabalí se ha comprobado además una elevada dependencia de los puntos de agua, tanto para beber como para bañarse en zonas de barro y lodazales, haciendo que su escasez provoque desplazamientos hacia otros territorios.

En cuanto a la caza menor existen estudios que indican que conejos, liebres y perdices pueden aguantar varios días sin beber incluso cuando la alimentación es muy seca. Sin embargo, la ausencia de agua va a generar un impacto directo y negativo sobre aspectos tan relevantes como la actividad reproductiva o la supervivencia de los ejemplares jóvenes.

       
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