Les encanta meterse donde no les llaman, como en los puntos de agua que hemos preparado para mimar a nuestras especies de menor. Aprende cómo mantenerlos a salvo del alcance de estos intrusos.
21/5/2018 | Texto y fotos: Edu Pompa
¿Qué necesitas?
● 1 bidón de plástico de entre 100 y 200 litros. Te costará alrededor de 25 euros.
● 1 válvula de un neumático.
● 1 metro de tubo de goma de las bombonas de gas butano.
● 5 metros de mallazo como el que se emplea para la construcción de forjados.
● Cuatro varillas de ferralla 30 centímetros más larga que la altura del mallazo y de unos 2 centímetros de grosor.
● Maceta.
● Azada.
● Taladradora.
● Alicates, alambre y nivel.
● Agua y cemento.
Limpia la zona de pasto con la azada
Retiraremos el pasto y los pequeños arbustos alrededor del bebedero para que los animales no recelen de él y se sientan seguros al contar con una vía de escape ante el ataque de sus predadores.
Realiza un taladro en la parte inferior del bidón
Aquí colocaremos la válvula después de retirar su mecanismo interior: sólo la utilizaremos como conexión entre el bidón y la pileta a través de la goma de butano.
Únelo a la pileta con los alicates y un par de alambres
Coloca la pileta en horizontal –utiliza el nivel– y algo más baja que el bidón para que la diferencia de altura ayude a la salida del agua.
Rellena el depósito y afianza la pileta con hormigón
Dotará de mayor resistencia al bebedero. Después será el momento de comprobar la salida del agua: debes asegurarte de que no rebose.
Instala el mallazo rodeando el bebedero
Para sostener la estructura utiliza las cuatro varillas de ferralla formando un cuadrado alrededor del conjunto. Las especies de menor podrán llegar al agua mientras que a los jabalíes o al ganado no les resultará tan sencillo probarla.
Recubre el bidón
Utiliza ramas, brezo u otros elementos naturales para camuflarlo en el entorno. Es fundamental que lo hayas colocado en un lugar accesible para facilitar las imprescindibles tareas de mantenimiento.