Seguro que más de una vez ha salido el tema de la caza en una de tus reuniones familiares. Aunque a muchos de nosotros nos viene la caza de familia, otros allegados puede que no toleren o no les guste que incidas en determinados detalles. Debes ser cuidadoso si llega el momento de hablar de ello si no quieres acabar discutiendo. Te proponemos que leas algunos de los siguientes consejos para sobrellevar el trance y, sobre todo, recuerda contar hasta diez antes de soltar algún disparate.

Deja que se expresen primero

Puede ser un buen comienzo. Si tus familiares te explican primero los puntos que les hacen ver la caza como algo negativo, entonces podrás guiarte mejor para rebatir con datos sus argumentos. Pero recuerda no entrar en el juego del ‘y tú más’, ya que sólo empeorarás las cosas y la cena acabará como el rosario de la aurora.

Explica tus experiencias

Si vas a sacar el tema, lo primero que debes hacer es explicar los porqués de tu pasión por la actividad cinegética. Explica qué es para ti la caza, deja claro que para los cazadores no se trata de matar. Hay una gran diferencia entre cazar y matar. Habla a tus familiares de las sensaciones que te aporta salir al monte con tu arma y tu perro para conseguir la carne que luego aprovechas. Cuéntales incluso las experiencias que te han aportado los días en los que no has conseguido ni siquiera ver un animal.

Enseña tus recuerdos

Todos los cazadores tenemos fotos de los momentos previos y posteriores a las jornadas de caza, así como también del durante. Sácalas y enséñaselas a la familia. Seguro que has fotografiado una perdiz con sus pollos, o una corza con las crías. Muestra ese momento de respeto que reflejan esas instantáneas.

Todas esas fotos de momentos que sólo nos brinda la caza son un claro reflejo de por qué cazamos, y de por qué los cazadores son los que más respetan la naturaleza.

Cambia sus perspectivas

La mayoría de la sociedad no cazadora solo ve muerte en la caza, cambia su modo de ver con palabras. Explica el respeto hacia las piezas que muestran los cazadores, es un aspecto fundamental a la hora de defender nuestra pasión. Cuéntales lo que supone aprovechar al máximo la pieza: desde la carne, hasta el trofeo, pasando por la piel.

Explícales el rechazo del colectivo hacia aquellos que no respetan las leyes, y argumenta que no a todos los cazadores les gustan ciertas fotos –háblales del cuidado de todos los detalles-.

La caza termina en la cocina

Si todavía siguen argumentado en contra, háblales de las propiedades de la carne de caza; la mejor que puede existir. Narra cómo son criados los animales en las granjas y cómo viven los animales salvajes hasta el momento en que son abatidos. Cuenta cómo se alimentan unos y otros; seguro que la mayoría de tus allegados ni lo había pensado.

Por otro lado, la sociedad actual ha perdido toda perspectiva acerca de la procedencia de los alimentos. Ver la carne en las bandejas del supermercado nos ha alejado de la realidad que representa la vida del animal que hay detrás de los filetes que comemos. Para un cazador y su familia directa esta realidad está presente en todo momento, sabemos de dónde procede la carne que comemos y recordamos al animal que dio su vida para proporcionárnosla. No hay mayor respeto hacia la pieza que aprovechar esa carne al máximo.

Y por supuesto, si tienes la oportunidad aporta algún plato realizado por ti mismo en el que la principal protagonista sea la carne de caza. Hay multitud de recetas que puedes realizar para dejar a tus comensales con la boca abierta.