Por Maruan Al-Hammoud
Para mejorar tu destreza en la caza a larga distancia es fundamental el entrenamiento, con el que podrás mejorar tus habilidades y prepararte para afrontar cualquier situación de caza. Por eso, antes de disparar a un animal a 300 metros debes practicar con tu equipo en un campo de tiro. Tu principal objetivo será averiguar a qué distancia eres capaz de dominar todos los aspectos del disparo y a cuál comienzas a cometer errores. Ganarás en confianza cuando estés cazando.
1. Elige el equipo de caza adecuado
Escoge un visor con el mayor número de funciones y prestaciones, como compensación de las torretas, lentes de alta calidad, buenos recubrimientos y un aumento mínimo de 8x. En cuanto a la culata del rifle, el uso de una acción thumbhold es la mejor opción para estos disparos. Un ejemplo es el Sauer 404, que ofrece un disparador ajustable -los clientes pueden modificar la presión del gatillo y su ángulo–. Eso significa que esta pieza siempre estará a la longitud adecuada del dedo. Esto facilita las cosas, ya que tratar de hacer un disparo largo forzando la posición del dedo en el disparador es sinónimo de fracaso.
2. Conoce tu arma y tu munición
¿Cuántos clics necesito para compensar la desviación a 200 metros, 300 o más? ¿Cuál es la caída exacta de la bala? Estas preguntas y muchas otras más debes tenerlas resueltas antes de salir al campo para, en el lance, tenerlo todo perfectamente claro. El manejo del arma debe formar parte de ti mismo, algo que hagas con total naturalidad, de manera automática. De lo contrario perderás un tiempo muy valioso pensando en cómo va a responder tu rifle, cuál es el lugar correcto para colocar el disparo… Estudia en casa tu arma y tu visor, acostúmbrate a su manejo y trata de familiarizarte con cada uno de sus sistemas de ajuste.
3. Mejora tu mecánica de tiro
La manera más adecuada de accionar el disparador es apretando suavemente con la primera falange del dedo índice, que es la zona capaz de ejercer más fuerza y aquella sobre la que tenemos un mayor control, ya que podemos moverla fácilmente hacia atrás de una manera controlada sin forzar la postura. Procura que el movimiento sea continuo.
4. Busca una posición estable y estática
No importa demasiado si estás sentado, de rodillas, de pie o tumbado: lo importante es que puedas asentar los dos codos sobre un apoyo firme para hacer la postura lo más estable posible. Sólo así serás capaz de disparar de una manera precisa, pues este ‘arte’ se basa en evitar cualquier tipo de movimiento de tu cuerpo. Además de asegurar tu postura de la manera indicada, tus pies deben estar lo más relajados posibles: si estás en tensión obligarás a tus músculos a trabajar y cuando se relajen provocarán el movimiento involuntario de tu cuerpo… que se trasladará inmediatamente al punto de mira.
5. No te olvides de respirar
Muchos cazadores contienen la respiración momentos antes de apretar el gatillo. Esto supone que el cerebro se quede poco a poco sin oxígeno y que al volver a respirar el corazón se acelere para oxigenarlo de nuevo rápidamente. Tal aumento del ritmo cardíaco te impedirá mantenerte firme en el objetivo durante un par de minutos debido a tu pulso inestable. Cuanto más relajado estés, más posibilidades de éxito tendrás.
Una prueba real de caza y tiro
El cazador profesional Rafa Carrillo y el experto en munición Iker Ortiz se han fijado un reto: conseguir hacer blanco a un gong de 22 centímetros a 1 kilómetro de distancia con dos balas. ¿Lo conseguirán?.