Lo barato sale caro… y si no que se lo digan a los propietarios de estas armas. Decidieron improvisar estos arreglos y acabaron cargándose sus armas. 

9/11/2019 | Redacción JyS 

Monturas improvisadas  

Este cazador debió pensar que fijando el visor al arma con unas abrazaderas no debería moverse. ¡Que alguien le explique que para eso se inventaron las monturas! Eso sí, en su defensa diremos que es difícil conseguir un montaje de la óptica más bajo…

¡Cerrojo soldado! 

Seis chapuzas con las que estos armeros se cargaron las armas de sus clientes

¿Se te ha roto la palanca del cerrojo? Al dueño del rifle de esta imagen le pasó y encontró una forma muy peculiar de solucionarlo: un tornillo y unos puntitos con la máquina de soldar… ¡y listo!

Para no olvidar el número de serie

Seis chapuzas con las que estos armeros se cargaron las armas de sus clientes

¿No encuentras el número de serie? No hay problema, grábalo tú mismo sobre el arma… Pero no de este modo por favor, que hay otros métodos. Una pista: no es necesario esculpirlo sobre la báscula haciendo tus pinitos como maestro grabador…

Cañón agujereado

Seis chapuzas con las que estos armeros se cargaron las armas de sus clientes

Puede que el dueño de este rifle creyese que era una buena idea agujerear su cañón a modo de freno de boca o ¿quién sabe? tal vez de silenciador. Por si las moscas ya te adelantamos nosotros que no, no es la idea más inteligente del mundo y corres riesgo de que te explote… 

Le falta un tornillo…

Seis chapuzas con las que estos armeros se cargaron las armas de sus clientes

¿Se te ha roto la culata? Pues lo más recomendable es que vayas al armero a hacer una nueva. Más que nada porque si optas por hacer lo que el chapucillas de esta foto, armándote de tirafondos y destornillador, lo más probable es que acabes con un trozo de hierro clavado en tu hombro al disparar.

Monturas fijas

Seis chapuzas con las que estos armeros se cargaron las armas de sus clientes

¿Harto de que las monturas baratas se te muevan cada vez que disparas? ¿No quieres gastarte la pasata en unas buenas y modernas? ¡No pasa nada! Esta solución es perfecta para ti: coge la máquina de soldar, una sierra y un trozo de hierro… ¡y fabrícatelas a medida! Bonito no quedará, pero es cierto que tampoco se van a volver a mover…