Su nombre es Juan Cecilio Callejón Garrido y es un absoluto amante de la caza. Nacido en el municipio de Níjar, perteneciente a la provincia de Almería, a sus 42 años lleva toda la vida creciendo como cazador. Hace unos días le tocó vivir una jornada de esas que difícilmente se pueden olvidar y el gran protagonista de la misma ha sido el ejemplar de jabalí al que consiguió abatir.
Haciéndonos eco de las palabras que Juan ha transmitido al equipo de Jara y Sedal, lleva cazando desde que era pequeño, puesto que su padre le llevaba con él para que se fuera familiarizando con su gran afición. «A día de hoy puedo decir que, de todas las modalidades de caza que he practicado, la que más me gusta es la espera del jabalí, ya que lo que me proporciona la caza en espera no me lo da ninguna otra modalidad», ha detallado.
Fue esta la que también practicó el pasado día 16 de noviembre, cuando tuvo «la gran suerte», como él mismo ha denominado, de poder abatir un gran jabalí que recordará toda la vida.
Un regalo por toda una vida como cazador
Días atrás, el cazador ya había puesto una cámara en un coto cerca de San José, también en Almería, conocido como ‘El Cautivo’. «Mi intuición me decía que ahí podía haber algún buen macareno», ha reconocido.
«Ya llevaba observando en la cámara varios días que entraba una piara con unos 10 jabalíes y decidí ir porque, entre ellos, vi un macareno bastante majo», ha continuado asegurando Juan. Fue por ello por lo que aquel sábado, en torno a las 19:00 horas, se puso de espera a una distancia de unos 160 metros.
En esta jornada iba acompañado de su mujer, Ana Belén, y por «dos grandes amigos», Juan Cirera y Alfonso Santos. «Estuvimos casi una hora esperando hasta que, por fin, sobre las 20:00 horas entraron», ha contado.
«Mi sorpresa fue que no venía el que yo había visto en la cámara días atrás, sino otro diferente muchísimo más grande. Después de entrar, estuve más de 20 minutos con el rifle preparado, pero no me daba la oportunidad para tirarle. Se ponían delante los otros y él no se movía. Después de 20 minutos y viendo que no se ponía en posición de disparo, me puse aún más nervioso al oír unos perros cerca y pensé que se podía espantar. Así que decidí tirarle», ha recordado Juan.
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Tuvo la fortuna de que el disparo acertó en el animal. «Cuando llegué y lo vi sentí una emoción y una alegría que nunca podré olvidar», ha destacado sobre la escena. «El equipo que utilicé fue un rifle Sauer en calibre .300 Winchester Magnum y la bala fue la Norma Tip Strike de 170 grains, que es la que siempre utilizo».
Aunque aún no ha podido dar información exacta acerca de la puntuación de dicho jabalí, ha concretado que «por fuera midió casi 10 centímetros». «Espero que algún día pueda volver a repetir esta bonita experiencia», ha concluido deseando poder volver a vivir un increíble lance como este.