El cazador de 19 años Guillerm Aymá abatió el pasado 22 de junio en una recóndita zona de alta montaña en Andorra un peculiar corzo con una sola cuerna, aunque también tenía una segunda roseta. Ha sido su compañero Aleix Rabasa, de 24 años de edad y quien gestiona junto con Aymá la cuenta Original Hunters en Instagram, el que ha narrado a la redacción de Jara y Sedal el peculiar lance.
«Es un corzo increíble, y la sorpresa fue nuestra al cobrarlo», comienza explicando el cazador a esta redacción. «Ya pudimos verlo el pasado año e incluso le pusimos el apodo de libélula», expone el joven, que añade sobre la forma de cazar en este país: «En Andorra, entras en sorteo y todo lo que es el territorio nacional, excepto las reservas, es coto, por lo que cualquier día de la semana puedes ir a cazar corzos».
En este sentido, «es complicada la gestión» de este animal, asegura Guillerm. «Por eso, cuando ves un corzo bueno o curioso como este, tratas de ir tras él», explica. Sobre este ejemplar dice que «fueron a una zona tras unas pistas de esquí, al lado de una zona que se quemó hace unos años», y ahí fue donde dieron con este peculiar animal.
Una espera fructífera
En la tarde del 22 de junio, decidieron hacer una espera y, sobre las 20:00 horas de la tarde, localizaron el curioso macho a unos 240 metros: «En el bosque se escuchaba ladrar a dos corzos, por lo que mi compañero estuvo esperando hasta que salieron al claro y, en el momento en el que vio a este colocado, disparó acertando en la zona del cuello», explica. El lance lo realizó con su rifle Tikka en calibre 7 mm Remington Magnum cargado con munición Norma.
Sobre la edad del animal el cazador dice que le calcularon «unos cuatro años aproximadamente». Asimismo, en cuanto a su única cuerna explica: «Tiene la otra roseta, por lo que en invierno probablemente tuvo algún percance, o se cayó, porque está rota por la base».
La mejor historia de corzos de esta temporada conseguirá un monocular térmico valorado en más de 2.000 euros
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