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Caza un bonito venado en Pirineos en un apasionante lance con arco que graba en vídeo

Joan España, con el enorme ciervo. © J. E.

El pasado mes de noviembre y durante los últimos coletazos de la berrea en los Pirineos, el cazador Joan España se hizo con un bonito venado cuyo lance grabó en vídeo y que además tuvo la peculiaridad de ser… ¡con arco! España ha relatado a Jara y Sedal todos los detalles de aquel día en un texto que ha enviado a estar redacción -con motivo del concurso puesto en marcha por este medio y con la colaboración de Benelli Beretta Ibérica- el cual reproducimos a continuación:

Aquel día, mi padre y yo salimos bien pronto para llegar con las primeras luces a la zona. Floc, mi braco, está muy nervioso hoy, como conocedor de lo que acontecía.  Llegamos al lugar donde dejaríamos la pick up y, aún de noche, cargamos bártulos y empezamos el ascenso. Una fina lluvia acompaña nuestra marcha.  

30 minutos más tarde llegamos a un punto donde nuestros caminos se separan: mi padre con el rifle cazará la zona más abierta y yo remontaré hasta llegar a un collado donde haré lo propio por una frondosa ala de bosque con algunos claros que tienen buena querencia.

Comprobamos las emisoras, un abrazo acompañado de “suerte, ten cuidado”, y cada uno emprende su camino.

Remonto la ladera todo lo rápido que puedo, sin entretenerme mucho. La lluvia amaina, voy ojeando con los prismáticos la zona alta, quiero llegar a ella antes que el amanecer me sorprenda…

Primera localización de una hembra tras el amanecer

20 minutos más tarde ya se empieza a ver, por eso asomo en una zona con más perspectiva del lugar. Prismáticos en mano, busco movimiento y, al poco, localizo una hembra con su cría pastando bastante altas. Las tengo a unos 300 metros. Detrás suya algo capta mi atención, parecen las puntas de un macho, creo que está tumbado, por lo poco que le veo parece bueno, mejoro mi posición para intentar de valorarlo mejor…

Un macho tras la hembra: comienza la entrada

Los localizo de nuevo, el macho ya está de pie, me parece un animal soberbio no sólo por su trofeo del que destacan sus luchaderas, si no por su porte, denotando que se trata de un macho hecho.  Busco el aire y empiezo la entrada: tengo muy claro cómo recortarle distancia, ya que es un lugar que me conozco bien.

Reculo unos metros para meterme en el bosque de pinos: allí me podré mover con más agilidad, sin miedo a que me descubran. Recorridos un centenar de metros, asomo de nuevo para comprobar su posición y sigue allí el macho, algo más bajo que las hembras, pero apenas se ha movido, por lo que me adentro de nuevo en el bosque para buscar una trocha que me llevara directo al claro donde se encuentran los animales.

A escasos 60 metros del ciervo para disparar con el arco

Estoy a escaso 60 metros del claro: coloco una flecha, enciendo la cámara, con cautela me dispongo a asomar. Cuando veo la hembra y la cría pasando por la trocha que está encima mío, van de retirada al encame: les tiro el medidor y da 53 metros. Me preparo por si el ciervo las siguiese y, de repente, por el rabillo del ojo a mi izquierda y más bajo que las pepas, aparece el macho: viene directo por la trocha en la que estoy y es imponente que estampa.

Me arrodillo pegado al tronco de un pino, cojo referencias 49m, 36m, 32m… ¡se me va meter encima! intento gestionar la situación, enciendo el pin de mi visor, respiro hondo y parapetado por el tronco abro el arco lentamente, asomo lo justo para no delatar mi presencia, meto al macho en el visor que aminora su paso con la zona vital cubierta por unas ramas, exhala, por el visor puedo ver el vaho saliendo de sus fosas nasales en el frío y húmedo ambiente, mi latir se incrementa, echa hacia atrás su imponente cornamenta para agacharse y pasar entre las ramas y cuando sale lo tengo completamente de frente mirando hacia mí.

El disparo y el ciervo pasando a 10 metros del arco

Solo necesito que se cuartee un poco más, solo un poco: como si escuchara mis pensamientos, el animal da un paso más cuarteado, por lo que acompaño su paso, defino la zona donde colocar la flecha y la dejo volar. El ciervo acusa el impacto, brinca de cuatro patas y emprende la huida pasándome a escasos 10 metros, a la carrera puedo ver las plumas de mi saeta asomando por del codillo un poco alto, pero en el sitio.

¡Sobredosis de adrenalina! me quito la máscara, me siento en el suelo y fotograma a fotograma intento de asimilar lo acontecido.

Comienza el rastreo del animal

El cazador, mostrando el respeto hacia el animal. © J. E.

30 minutos más tarde me pongo al rastro, escaso al principio y exagerado en los últimos metros, de los cuales la mayoría son cuesta abajo. Unos 240 metros más tarde doy con el animal. Pausado, recorro esos últimos metros alargando el momento para saborearlo aún más si cabe.

Por fin puedo tocarlo; tembloroso, me arrodillo ante él con sentimientos contradictorios que me invaden. Lo acaricio mostrando el respeto que se merece: levanto su pesada cabeza, es soberbio, con unas luchaderas enormes, un verdadero toro rojo de montaña curtido en mil batallas como muestran sus astas partidas y heridas de guerra.

Camino hacia el coche con la pieza

Otra imagen de España con el venado. © J. E.

Por la emisora comunico el lance a mi padre y dado que la vuelta es casi toda cuesta bajo mi intención de bajarlo entero hasta el coche. Lo eviscero y emprendo el camino de vuelta, pero a medio recorrido aparece mi padre con Floc para echarme una mano, mientras me felicita nos fundimos en un abrazo que me sabe a gloria. Entre dos los últimos metros se hacen más llevaderos.

Dos horas más tarde por fin llegamos a la pick up, cargamos el ciervo en la caja y nos dirigimos a la sala de despiece donde aviaremos el animal como es debido. Cansados, pero con esa mágica sensación de haber culminado un lance difícil de olvidar.

La mejor historia de caza de esta temporada tiene un premio valorado en 1.700€ en Jara y Sedal

Jara y Sedal y BBI organizan un concurso de historias de caza en el que podrás ganar este magnífico visor Burris Ballistic Laserscope III. © Burris

¿Has cazado algún animal destacable, curioso o piensas que el lance fue único? Pues Jara y Sedal y Beretta Benelli Ibérica pueden premiar tu historia gracias al concurso que comienza hoy.  Si tu historia es elegida, puede que ganes un magnífico visor de caza Burris Ballistic III 4-16×50 con telémetro y programa balístico integrado.

Para optar al premio solo tienes que enviarnos un email a info@revistajaraysedal.es, o un mensaje privado a cualquiera de nuestras redes sociales contándonos tu mejor historia de caza mayor, adjuntar las fotos de ese día y tu número de teléfono, además de seguir en Instagram el perfil de Jara y Sedal (@jaraysedal.es) y el de Beretta Benelli Iberica (@beretta_benelli_iberica). No tiene por qué ser el relato de un trofeo medallable, aunque se valorarán aquellos extraordinarios, curiosos o llamativos a los que les acompañe una buena historia. Aquí te contamos cómo participar.

       
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