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Caza en Jaén una perdiz roja gigante que pesaba casi 800 gramos

Cazador y perdiz.

Si ya es difícil hacerse con las patirrojas en muchos de nuestros cotos en los que aún se mantiene la auténtica perdiz de campo, imagínate hacerte con una que pese casi 800 gramos. Es lo que ha conseguido el cazador jiennense Javier Sánchez Martínez, de 32 años de edad, natural de la ciudad de Linares pero que caza en la sociedad de la localidad vecina de Guarromán.

Hace dos domingos salió junto a su hermano y sus dos nuevos bretones para disfrutar de una amena jornada de conejos cuando apareció este gran macho de perdiz, al que consiguió abatir de un certero disparo. Este ejemplar iba junto a un bando del que Javier consiguió abatir otro ejemplar.

«En esta zona, esta temporada tenemos una muy buena población de perdices. El conejo escasea un poco más, pero la perdiz está en un muy buen estado. De hecho, raro es el día que no acabas con dos o tres ejemplares colgados», reconoce el joven. Sobre este viejo macho, asegura que veteranos cazadores del lugar le han dicho que «tiene más de cinco años».

Si bien el peso de una perdiz de tamaño medio oscila entre los 400 y 500 gramos, con una longitud total de 34-39 centímetros en los adultos, el ejemplar que Javier conseguía cazar alcanzaba en la báscula 800 gramos, casi el doble.

¿Por qué era más voluminosa de lo habitual?

Detalle de los espolones. © J. M.

El alimento de la perdiz es mayoritariamente de origen vegetal pero con un porcentaje no despreciable de origen animal. Los adultos son eminentemente herbívoros, destacando frutos, semillas, hierba, raíces, flores y hojas, aumentando la ingesta de invertebrados en primavera y verano. Es probable que este ejemplar estuviera cerca de una zona frondosa y con gran cantidad de cereal por lo que la perdiz habría estado bien alimentada en los últimos meses.

Otra perdiz de 700 gramos en Salamanca

El cazador Faustino Gil compartió hace unos días con este medio otra perdiz de 700 gramos que cazó en su coto de Salamanca: «Nunca había visto nada igual», reconocía el cazador, que lleva cuatro décadas practicando la caza menor. «En las redes sociales, la perdiz ha levantado una gran expectación. Hay quien afirma que podría tener tres años, pero yo creo que no, que tiene por lo menos cinco por lo viejo de las patas y por su peso», expone Gil. «Tiene unos espolones viejos y roídos», añade el cazador.

       
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