El cazador pacense José María Herrera, natural de la localidad de Don Benito, abatió el pasado 15 de enero un jabalí de unos 70 kilos de peso que tenía la particularidad de ser rubio con manchas negras. Sin duda, se trata de una de las piezas más curiosas de entre las abatidas en la presente campaña por los amantes del mundo cinegético de nuestro país. Consiguió cazarlo durante una montería en abierto en la finca Cerro Lobo- Dehesas Nuevas, ubicada en las cercanías del municipio de Hornachos, también en la provincia de Badajoz. Ahora, ha relatado a Jara y Sedal los detalles del lance.
«No sabía ni lo que era cuando el jabalí entró al puesto»
El cazador explica que, se encontraba subido en una torreta cuando el jabalí entró a su puesto tras una bonita ladra: «Venía enflechado delante de los perros rompiendo monte. Ya de lejos se escuchaba que era un animal voluminoso por cómo tronchaba las ramas, por eso me preparé», explica a esta redacción.
«No sabía qué era». El cazador reconoce que no sabía muy bien qué tenía delante cuando el jabalí apareció en escena: «Al principio, no sabía ni lo que era; yo esperaba un jabalí normal, y mi sorpresa fue que cuando rompió al cortadero, vi que era muy claro, y me llevé la tremenda sorpresa. Encima se trataba de un navajero…», dice el cazador aún sorprendido sobre el animal, que tenía unos 70 kilos de peso.
El trofeo del jabalí «puede que sea medalla de bronce», explica el cazador sobre una pieza abatida en una jornada cinegética organizada por la cinegética de Juan Carlos Barragán y para la que utilizó un rifle Browning en calibre .300 Winchester Magnum y munición Remington Core Lokt de 160 grains.