El cazador catalán Joan Perpiñá –de 40 años de edad- logró abatir el pasado fin de semana un raro corzo con una cuerna de 23 centímetros y otra con tres curiosas puntas en el alto Pirineo catalán. El lance, que duró tres días en duras jornadas de caza en montaña, lo ha relatado a Jara y Sedal al detalle el propio cazador. Aquellos días cazó junto a su amigo Sergi Murillo, que fue quien le cedió el rifle y el precinto para abatir a este espectacular animal a 1.600 metros de altitud.
La primera de las jornadas de rececho era un «día lluvioso, en el que pude ver dos corzos y un venado, pero no paraba de caer agua y fue imposible intentar nada», comienza relatando Joan a este medio. A última hora ya pudo ver a lo lejos al protagonista de esta historia: «Tenía buena anchura y buen grosor en sus cuernas, era un corzo bonito dentro de lo que cabe en la zona, ya que es un lugar en el que no hay sembrados y es monte puro y duro», asegura.
Un primer lance fallido
Joan pudo fotografiar al cérvido y enviarle las instantáneas a su compañero Sergi, algo que hizo que le acompañase al día siguiente. «Estuvimos toda la semana discutiendo por ver quién trataría de cazarlo», relata. Al día siguiente, lograron ver al animal y llevar a cabo el primero de los lances, que fue fallido por parte de Joan: «El rifle estaba desviado y los disparos pasaron por arriba del animal, que huyó despavorido», asegura.
Entretanto, al día siguiente sucedió un imprevisto: Sergi tuvo que partir a Barcelona por cuestiones laborales, por lo que cedió el rifle y el precinto a su compañero, que se quedó en la alta montaña. «Tras un debate entre los dos, finalmente acepté la propuesta y fui a recechar el pasado sábado. Estuve viendo corzos jóvenes pero este animal no salía por ningún lado». A última hora del día, en concreto a las 22:03, lo vio.
Y a la segunda oportunidad, la vencida
«Me moví a unos 248 metros aproximadamente y me dije que era ahora o nunca. Tras apretar el gatillo, escuché el sonido de que había pegado al corzo. Estaba tocado», asegura tras el lance con el rifle Blaser R8 de carbono que le prestó Sergi.
Joan fue a pistearlo al día siguiente con un teckel y lo encontró enseguida, ya que aunque fue un disparo trasero dejó un gran rastro de sangre. «Tuve una gran emoción al verlo, ya que es un corzo de alta montaña muy bonito. Una cuerna mide 23 centímetros y la otra 19 con tres puntas muy curiosas. Es un recuerdo que nunca olvidaré», relata.
El ciervo con la extraña pezuña que el año pasado cazó Joan
Joan Perpiñá y su hermano David –de 38 años- cazaron el pasado 5 de octubre un ciervo con una de las pezuñas más raras que hemos visto en los últimos años. La enorme extensión de ésta, que creció sin control, hace especial y única a la pieza. El lance tuvo lugar en las cercanías de su localidad natal, Coll de Nargó (Lérida), y ya llevaban tiempo detrás de su pista: «Lo teníamos visto desde hacía tres años en una cámara de fototrampeo situada en una masía del monte. Lo abatimos a diez a kilómetros de allí», explica el cazador a Jara y Sedal. Te lo contamos en este enlace.
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