El cazador Iván Luis Álvarez, natural de Alicante pero que en la actualidad vive en Valencia, abatió el pasado 13 de abril en un coto de la provincia de Albacete uno de los corzos de la actual temporada del duende del bosque: posee siete puntas, una extraordinaria largura en sus defensas y, según le ha avanzado su taxidermista de confianza, será medalla de plata con 116 puntos.
El cazador comienza explicando que «hace un par de años un gran amigo adquirió un coto muy bonito y completo en la comarca de la Manchuela. El año pasado plantó almendros en una parte y vimos de lejos con los prismáticos dentro de ésta plantación un corzo de buen porte».
Al mes siguiente, estando en la puerta del cortijo de sobremesa, escucharon una ladra: «Allí estaba un corzo macho joven corriendo y detrás el corzo que buscábamos», recuerda el cazador. «Al percatarse de nuestra presencia el macho grande se dio media vuelta y corrió hacia el monte, pero el joven se quedó detrás de un olivo a cien metros nuestra con más miedo al macho grande que a nosotros», añade.
Una semana después lo volvió a ver en la plantación y lo intentó recechar, pero el aire cambió repentinamente y el animal, hacia gala de su astucia, se percató de su presencia: «Dos ladridos y desapareció», recuerda Álvarez.
El lance, por fin, esta temporada
Este año lo volvieron a ver en marzo en la misma zona junto con una hembra y, el 13 de abril, decidió volver a intentar su caza: «Siempre entraba por el mismo sitio a esta plantación de almendros, y entre dos luces salí a la zona que estaba más controlada y llegué al final del bancal», relata sobre el inicio del lance Iván.
«No lo veía hasta que apareció la hembra. Ésta venía hacia mí despacio, y él entró detrás. No tenía muy claro si iba el macho o no, por lo que le apunté primero para valorarlo», recuerda. «Entonces la hembra se dio cuenta de la presencia mi perra. En ese instante, el macho se colocó mejor y, tras dar una patada la corza en el suelo, vi que era él», explica Álvarez.
La hembra «salió corriendo tras disparar al macho y creía que se me había ido». Pero en ese instante la perra se quedó parada: «Cuando fui al lugar, vi que justamente cayó sobre su propia sombra», recuerda aún emocionado el cazado tras un lance que llevó a cabo con su rifle Winchester XPR en calibre .270 cargado con munición Winchester Power Point de 130 grains.
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