El cazador jiennense Pedro Galiano abatió hace unos días, en un coto en abierto que tiene junto a varios amigos en la Sierra de Baza, un bonito venado de 16 puntas con dos peculiaridades en cuanto al lance: lo llevó a cabo con arco y a 1.900 metros de altitud.
Pedro, acompañado de Glicerio Fernández -quien ha ayudado en el relato de este lance-, sintió en aquella jornada sobre las 19:50 horas de la tarde y cuando la luz se apagaba, la presencia de este animal. «Pensando ya en el camino de vuelta al coche, se escuchó un crujir de ramas en el pinar de enfrente. El corazón se me paró. Podría ser un jabalí saliendo del encame. Pero escuché de repente otro crujir de ramas, e intuí que eran altas», explica el cazador.
El ciervo hizo una primera aparición «majestuosa», relata Pedro. Entre espartos, el animal comenzaba a bajar hacia el río. Él a un lado, el cazador al otro. «Cuando alcanzó la misma cota que yo, el ciervo se paró y levantó la cabeza». Su amplia experiencia y afán de sobrevivir accionó sus elementos de alerta. «Volvió a dar otro paso y a levantar la cabeza, dirigiendo su mirada a la piedra donde estaba», detalla Pedro.
Un lance de infarto
Intuyendo la espantada, Galiano abrió el arco suavemente, accionó el botón del visor Garmin y colocó el pin a 54 metros en la paleta del animal. El Hoyt RX3 está considerado uno de los arcos más precisos, pero si además tenemos en cuenta que lo manejaba un cazador que ha ganado numerosos concursos y campeonatos de tiro 3D, no es difícil saber dónde fue la flecha.
Tras una carrera en la que el ciervo recorrió unos 20 metros, el animal caía al suelo. Con buen criterio, el cazador decidió no ir a los pinos y sólo recuperó la flecha. «Mis compañeros me preguntaron tras el lance cómo era, si tenía buen trofeo, las puntas, pero no supe responder. Sabía que era grande de cuerpo pero no pude apreciar la cornamenta dada la escasa luz y rapidez del lance», indica Galiano.
El cobro, al día siguiente
A la mañana siguiente el cazador acudió al lugar del tiro. A escasos 20 metros yacía muerto el ciervo. La sorpresa fue mayúscula: 16 puntas, un «venado viejo y señor de la Sierra de Baza». «Uno de esos viejos cérvidos que escuchamos en la berrea con voz ronca y fuerte pero que nunca conseguimos ver», detalla. «Son animales que apenas se mueven, tienen su zona de seguridad, de escasa superficie, donde beben y comen sin hacer desplazamientos. Salen algo por la noche y se recogen antes de que salga el sol», sigue explicando.
Una reflexión final. Por último, el cazador jiennense comparte una reflexión: «Cazar con arco un animal de estas características, en abierto, sin alambradas en cientos de kilómetros a la redonda, donde los animales están muy acosados por monterías, y furtivismo, seteros y domingueros, es toda una hazaña», se congratula.
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