En Asturias, la convivencia entre el mundo rural y el urbano vuelve a generar debate, esta vez con un cartel que ha llamado la atención en redes sociales. Un ganadero, cansado de que los senderistas recorran su propiedad, ha decidido colocar un aviso tan directo como irónico que ha generado miles de reacciones por su ingenio y contundencia.

Una advertencia con humor y mucho carácter

El cartel se encuentra en el Parque Natural de Somiedo, en el corazón del Principado de Asturias, una zona de gran belleza natural y muy frecuentada por senderistas. Sin embargo, no todos estos caminantes parecen respetar los límites de las propiedades privadas. En esta ocasión, la paciencia de un ganadero ha llegado a su fin y ha decidido actuar con creatividad para marcar los linderos de su terreno.

El cartel del ganadero.
El cartel del ganadero.

La señal que ha colocado no deja lugar a dudas: «Advertencia. Si a usted le parece que puede cruzar la finca en ocho minutos, mi toro Brinco lo hace en cuatro». Con esta frase cargada de humor y amenaza velada, el propietario pretende disuadir a quienes creen que el campo es de libre acceso. El cartel, que ha sido fotografiado por un excursionista y compartido en Facebook, ha despertado el interés de miles de personas, que han aplaudido su originalidad.

La publicación en la que se compartía la imagen iba acompañada de un mensaje igualmente simpático: «En un lugar asturiano. Para que me digan luego que ir a la montaña es aburrido. Buen camino para todos». La combinación entre lo rústico, lo humorístico y lo efectivo ha logrado captar la atención de muchos usuarios, generando comentarios que van desde la risa hasta la reflexión sobre los límites entre lo público y lo privado en el entorno rural.

© Facebook

El campo no es un parque temático

La viralidad de este tipo de mensajes no es nueva. Hace apenas unos días, otro ganadero, esta vez gallego, se convirtió en protagonista de una situación similar. En su caso, el animal en cuestión era un buey, y el cartel cumplía la misma función: frenar el paso de curiosos y senderistas por su finca. Ambos casos coinciden en el uso del humor como herramienta de defensa ante una problemática real que viven a diario muchos ganaderos en nuestro país.

Para quienes viven en entornos rurales, la irrupción constante de personas ajenas a sus explotaciones no solo supone una molestia, sino también un riesgo para ellos, sus animales y los propios caminantes. En muchos casos, se trata de fincas ganaderas donde residen animales de gran tamaño que pueden suponer un peligro si se sienten amenazados. Además, la apertura de cancelas, la presencia de perros sueltos o simplemente el tránsito humano puede alterar el trabajo diario de estos profesionales del campo.

Este tipo de advertencias, aunque tengan un tono jocoso, reflejan una realidad que merece ser tenida en cuenta: el respeto al medio rural y a quienes viven y trabajan en él. Los carteles como el del ganadero asturiano no buscan simplemente provocar una sonrisa, sino reivindicar un derecho fundamental: el de la propiedad privada y la seguridad en el entorno rural.

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