Desde el pasado 1 de julio y hasta el final de este mes de septiembre, el país oceánico dará varias opciones para regular armas que carezcan de licencia. Hasta ahora se han recogido una media de 500 armas al día, entre ellas armas de la Primera Guerra Mundial.
15/9/2017 | Redacción JyS
Según publica el diario El País el gobierno australiano puso en marcha una amnistía el pasado 1 de julio para que aquellas personas que estuvieran en posesión de armas sin licencia pudieran entregarlas para su destrucción, regularizarlas o venderlas a un particular con licencia (o bien a coleccionistas o museos en el caso de las piezas más antiguas). El plazo para regularizar esta situación acaba a finales de este mes y ya van amnistiadas más de 26.000 armas ilegales.
Entre estas armas figuran desde rifles de caza hasta pistolas utilizadas durante la Primera Guerra Mundial, e incluso algún lanzallamas. En total el gobierno lleva recogida una media de 500 armas por día. Sin embargo, estas cifras apenas suponen un 10% de todas las armas ilegales que Australia ha calculado que albergan.
El ministro de Justicia ha tildado esta medida de «necesaria» ya que el país ha experimentado un aumento del crimen organizado y del riesgo de ataques terroristas (en los últimos tres años se han evitado 13 atentados).
Sin embargo, esta no es la primera medida de estas características que realiza el país oceánico. Ya en 1996, tras un atentado que acabó con la vida de 35 personas, el gobierno australiano compró 643.726 armas ilegales que fueron destruidas.
En esta ocasión hay un caso que ha llamado especialmente la atención y es el de una anciana que encontró hace poco, tras el fallecimiento de su marido, un arsenal de 15 ejemplares entre los que destacaban varios de la Segunda Guerra Mundial e incluso un lanzallamas de aquella época.
Según el medio citado anteriormente, una vez que acabe el mes de septiembre toda persona que tenga en su poder un arma sin registrar será sancionado con una multa de 280.000 dólares australianos -188.000 euros- e incluso podrían hacer frente a penas de hasta 14 años de cárcel.