El archivo personal de Miguel Delibes ya es público, gracias a la ingente labor de la fundación que lleva su nombre, que ha digitalizado, uno por uno, todos los documentos del genial escritor. Este testimonio manuscrito y fotográfico nos permite incluso acceder a sus diarios de caza y pesca donde detallaba siempre las características del lugar y el número de piezas que conseguía.

En el caso de la pesca escribía hasta la cantidad y tipo de cebo que usaba, así como el estado en el que se encontraba el agua con citas a mano como: «poca agua y transparente». Dejaba constancia, en los documentos que podemos encontrar en el archivo documental, de cuánto tiempo había estado en cada sitio. Gracias a este maravilloso tesoro, podemos leer con nuestros propios ojos las libretas en las que anotaba las capturas que hacía en sus cacerías desde la lejana década de 1940.

No solo contabilizaba las piezas que el mismo lograba, también dejaba por escrito qué número de piezas habían logrado cobrar sus acompañantes, que en muchas ocasiones solían ser los mismos, pero en diferentes cotos de caza, a los que acudían con asiduidad. Por supuesto reflejaba las condiciones climáticas con frases como: “Sol, buen día y fresco”. De esta forma podemos reproducir en nuestra mente las jornadas de caza que vivía Miguel Delibes con todo el contexto necesario, aportado por el propio autor, para evocar en nuestra mente el día al completo. Pero esto es algo que ya debes saber si has leído Diario de un cazador.

También podemos verle en fotografías en esas jornadas de caza o de pesca y observar quiénes le acompañaban. Del mismo modo tenemos acceso a todas las cartas que recibió, entre cuyos remitentes hay personajes emblemáticos como el reportero Manu Leguineche o el Conde de Yebes, con los que comparte opiniones de temática cinegética. A través de estas cartas podemos viajar hasta las carnes de Delibes y observar cómo era su vida, incluso qué juicios tuvo. Además, el archivo creado por la fundación Miguel Delibes incorpora piezas sobre el autor como el documental que Televisión Española realizó sobre su persona. Sin duda alguna se trata de una auténtica joya que hará las delicias de todos aquellos aficionados a su literatura, entre los que hay un gran número de cazadores.
Recuerda que puedes ver todo el fondo documental del archivo personal de Miguel Delibes pinchando en este enlace.

La cuadrilla reparte las piezas (1949)

La cuadrilla de caza reparte las piezas después de la jornada (1949) / Fundación Miguel Delibes

El diario de caza de Miguel Delibes (1949)

Diario de caza manuscrito de Miguel Delibes. Esta hoja pertenece a la temporada 1949-1950. / Fundación Miguel Delibes

Miguel Delibes vuelve de cazar con El Barbas (1963)

Miguel Delibes Setién y el Barbas, en un día de caza en Valdestillas (Valladolid). Fotógrafo Oriol Maspons. (1963) / Fundación Miguel Delibes

Delibes bajo la lluvia (1968)

Miguel Delibes de caza bajo la lluvia, en Villanueva de Duero (Valladolid) en 1968.

Un día de caza de Miguel Delibes (1969)

Miguel Delibes en un día de caza (1969). Fotógrafo Francisco Ontañón. / Fundación Miguel Delibes

Lecciones de caza a su nieto (1977)

Miguel Delibes dando lecciones de caza a su nieto Germán (1977). / Fundación Miguel Delibes

Descanso a media mañana (1979)

Miguel Delibes descansando durante una jornada de caza en 1979. /Fundación Miguel Delibes

Carta de Manu Leguineche a Miguel Delibes (1979)

Carta de Manuel Leguineche a Miguel Delibes Setién, sobre elogios a El disputado voto del señor Cayo e invitación a una cacería de palomas (1979). / Fundación Miguel Delibes

Primeras fotos de caza en color

Un día de caza de Miguel Delibes junto a su hijo Juan. / Fundación Miguel Delibes

Delibes con Ismael Tragacete (1990)

Miguel Delibes con Ismael Tragacete en Corral de Almaguer (Toledo), en 1990. / Fundación Miguel Delibes