En todo coto siempre hay algún compañero que irrita al resto con sus acciones. No lo hacen conscientemente, pero lo hacen. ¿Te suenan algunas de las siguientes?
23/10/2019 | Redacción JyS

shutterstock.com Ocho errores estúpidos que no debes cometer cazando jabalíes en espera
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Aparecer el primer día de temporada, nunca antes

Cuando acaba la temporada, y hasta que empieza la siguiente, quedan muchas tareas por hacer en el coto: arreglar tablillas, rellenar bebederos y comederos, cambiar algunos puestos, colocar cámaras en sitios estratégicos que has descubierto o arreglar las dañadas, entre otros. Sin embargo, estas tareas suelen recaer siempre en los mismos socios y no falta el típico que se escaquea. ¿Te suena? 

Hablar a voces o no dejar quieta la emisora

Todos conocemos a alguien que antes de llegar al puesto ya está hablando más alto de lo debido y que no contento con ello cuando llega al suyo empieza a hablar por la emisora sin parar. ¡Que alguien le haga callar! 

Escribir todo el tiempo

Para algunas ocasiones, el Whatsapp es la peor herramienta que se ha inventado jamás. ¿Quién no conoce a alguien que le retransmite a su familia la cacería por este medio? ¿Y qué decís de aquellos que estando cada uno en una punta del coto no paran de escribirse para ver cómo va la mañana? Todos en algún momento hemos pensado: «A ver si se le cae el móvil a un arroyo, por Dios…»

Disparar antes o después de los límites

La seguridad debe primar en una actividad como la caza, en la que hay armas de por medio. Por ello existen ciertas normas, y en algunos terrenos existe una limitación horaria para según qué modalidades. Pero siempre está el típico que dispara antes de comenzar una tirada de palomas o el que una vez terminada la cacería no se conforma y sigue pateando el coto. Es cuestión de respeto y seguridad hacia los compañeros, y por ello es cosa de todos acabar con este tipo de conductas.

No usar prendas de seguridad

En muchas Comunidades Autónomas ya es obligatorio usar este tipo de prendas cuando se caza en puesto fijo. No obstante, debemos continuar con esta buena práctica e implementarla en todas las modalidades posibles, ya que los animales no detectan esta ropa por sus colores llamativos y sin embargo son una forma de que el resto de compañeros sepa siempre dónde estamos.

Moverse del puesto para hablar

Cazadores en un puesto de caza de zorzales. / JDG

Imaginas que están cazando en una montería o cazando la menor en puesto fijo y la mañana no está siendo todo lo fructífera que podríamos esperar. De repente, vemos cómo el compañero del puesto de al lado viene hacia nosotros. «¿Qué quiere este?», es lo primero que se nos viene a la cabeza. Pero lejos de venir a pedir ayuda para algo en concreto, el tipo llega y se pone a hablar. A todos en algún momento nos han dado ganas de mandar a freír espárragos a esa persona. Es una cuestión de respeto y prudencia, ¡nunca hay que moverse del sitio! 

Olvidar parte del equipo

Aquí viene uno de los mejores casos, el del compañero olvidadizo. Siempre se le olvidan las botas, o cartuchos, ropa de abrigo… Un día no importa prestar las cosas, al segundo tampoco, pero… ¿Siempre?

Coger la mano fácil

¿Y qué contar del compañero que siempre coge la parte fácil de la mano? Y no, no hablamos de casos en los que el cazador tenga dificultad para andar o sea una persona de avanzada edad. Siempre está el que se las da de listo y antes de que te enteres ha escogido la posición en la que posiblemente ande menos. ¿Y quién le dice ahora que ahí no le toca hoy? 

No revisar el arma antes de cazar

Siempre hay alguien en el coto que cinco minutos antes de abrir la temporada se pone a engrasar un poco el arma o a revisar el visor… ¡Hazlo durante la época de veda! Simplemente por motivos de seguridad hacia ti y tus compañeros, si no te ves capaz de hacerlo tú mismo, lleva las armas a tu armero de confianza. Esto también vale para la puntería, entrena y regula tu rifle antes de salir al monte.

Fumar

Vale que fumes si estás cazando tú solo con tu perro, pero… ¿Y el que fuma en una montería sabiendo que la armada da aire a la mancha? ¿Y el que lo hace incluso de espera cuando ha venido como acompañante? No aguantes sus ‘malos humos’. ¡No te calles! 

Ir corriendo al escusado

Mientras que el resto procuramos ir al baño antes de salir o lo hacemos en un lugar donde no molestemos al resto o al correcto desarrollo de la cacería, siempre hay quien no toma estas precauciones y puede llegar a arruinar la mañana al resto. ¡Qué situación más desagradable! ¿Te suena? 

Precipitarse en el tiro

cazadores de rifle
Foto: JyS

Todos en algún momento nos hemos puesto nerviosos ante la irrupción repentina de una pieza delante de nuestras narices. En estos casos hay dos tipos de cazadores: los que con los nervios disparan de cualquier modo y los que aguantan estoicamente a tener una buena oportunidad para abatir la pieza.

Herir una pieza y pistear muy pronto

Cuando se trata de caza mayor es importante, si hemos disparado y el lance ha sido satisfactorio, saber aguantar en el lugar antes de ir a pistear la pieza. Si el tiro ha sido certero no se moverá del sitio, pero si por el contrario, el disparo no está bien situado, la pieza no debe ser molestada o se levantará y la perderemos para siempre.

Saber de todo

Igual conoces a alguien así. Le preguntes lo que le preguntes lo va a saber -o eso se cree-. Si intentas averiguar dónde están las perdices echadas, él lo sabe. Si preguntas sobre el mejor calibre y bala para una especie y modalidad determinadas, él lo sabe. Es experto en todo y en nada a la vez. Será mejor que te apartes de su lado, si no quieres perder los nervios…