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10 anécdotas de caza grabadas que demuestran que los cazadores no somos tan exageramos como dicen

Imágenes de varios vídeos de anécdotas de caza inverosímiles.

No pasa nada por reconocerlo, los cazadores tenemos fama de exagerados. Entre nuestros compañeros de caza, pero también en entre aquellas personas de nuestro entorno ajenas al mundo cinegético que escuchan nuestras historietas y fábulas embelesados con los ojos como platos.

Cuando era pequeño, solía parar en el bar del pueblo a tomar un café después de cazar los domingos. Allí se reunían las dos cuadrillas de perdiceros que pateaban los barbechos en busca de alguna patirroja de las salvajes, de las de verdad. Cuando entrábamos, Pepe, el camarero, siempre decía lo mismo: «Grupo de cazadores, grupo de mentirosos…».

Pues bien, querido Pepe, si estás en tu bar alcarreño leyendo estas líneas siéntate, porque las historias que van a ver tus ojos son de esas que revoloteaban sobre la barra de tu cervecería y jamás creíste.

1. El hombre que cazó una liebre con la mano

Una liebre encamada en mitad de un dehesa confía en su mimetismo y se aplasta ante la mano de varios cazadores. El más veterano de la cuadrilla indica que paren y los más jóvenes graban la jugada de este, que consigue abalanzarse sobre la orejona ¡y capturarla con la mano!

«¿Sabéis vosotros de caza?», pregunta Moisés -el cazador que consigue coger a mano a la liebre- en tono irónico a los más jóvenes del grupo. Estos, no pueden creer que su compañero haya conseguido capturar a la rabona sin que esta se levante antes.

2. La espera del jabalí que embestía como un Miura

Que los jabalíes son animales con un fuerte carácter y una agresividad desmedida es algo que todos conocemos. Lo que es más difícil de creer es que, en pleno aguardo y después de abatir un buen macho, aparezca otro en escena y se lie a golpes con su rival recién caído. Eso es lo que puedes ver en el siguiente vídeo. Desde luego, una espera inolvidable que gracias a la presencia de la cámara queda como un recuerdo maravilloso y no como una fábula para asustar a los novatos.

3. La cierva que olfateó el cañón de una escopeta

Normalmente, los animales salvajes huyen de los cazadores y de sus armas. Saben que el rugir de rifles y escopetas no presagian nada bueno. Sin embargo, algunos como esta cierva, llegan hasta los pies de un cazador con reclamo y llega a olfatear su escopeta durante un buen rato. Imaginad por un momento la cara de todo aquel que escuchara la historia del cazador de perdices al que una pepa le chupó el cañón de su semiautomática. Por suerte, ¡tenemos vídeo para confirmar los increíbles hechos!

4. El zorro ladrón que se llevaba las piezas de un cazador

El zorro es considerado uno de los animales más astutos de cuantos campan por nuestros montes. Son expertos cazadores, sigilosos en sus movimientos y letales en sus intenciones. Por eso, cuando el cazador protagonista de la siguiente escena llegó a la junta y trató de explicar lo sucedido seguro que casi le tiran al pilón del pueblo.

Un zorro espectacular, con el pelaje de invierno, se acercó hasta su puesto para intentar llevarse algunas de las palomas que el hombre acababa de abatir. La escena es alucinante. El hambre del cánido era tal, que no se separaba del puesto. Tanto es así que cazador metió la mano en su morral para ofrecer alimento al zorro.

5. El perrero que se subió a un árbol y se cayó encima de un jabalí

Otra vez tenemos como protagonista a un temible jabalí poniendo de manifiesto su fiereza. Un tremendo cochino rodeado de varios perros arremete contra los cazadores que hay a su alrededor y les obliga a trepar como pueden a un árbol. Uno de los hombres se escurre y golpea su espalda sobre el lomo del animal e incluso, cuando intenta huir, tropieza y se cae de nuevo a merced del macareno. Menos mal que el Sus Scrofa seguía distraído con la rehala porque…

6. El gavilán que ‘cazó’ a un reclamo de perdiz

Cuando pasas horas en el campo puedes observar situaciones de esas que te dejan sin aliento. Un ejemplo fantástico es el siguiente vídeo en el que se puede ver a un reclamo de perdiz sobre el pulpitillo mientras el cazador lo graba escondido en el puesto. Segundos después el perdigón revuela y aparece en escena un gavilán, que se lanza a por él e intenta atraparlo. El susto que se llevaron tanto la perdiz como el cazador fue de órdago a la grande.

7. El jabalí vacilón que se pasea delante de un remolque de rehala

Ya sabemos que el jabalí es un animal bravo y valiente pero el siguiente protagonista demostró también cierto grado de inconsciencia. Un cochino sin vergüenza se pasea por delante del remolque de una rehala de perros de caza. Los canes no paran de ladrar al suido, que se pasea tranquilamente mientras los testigos graban la escena incrédulos. Estas imágenes hacen honor a esa frase clásica de toda montería: «ponte aquí que todos los años se salen entre los coches». Está vez era cierto…

8. El corzo que mordisqueó el camuflaje de un cazador

Las prendas de caza han ido evolucionando con el paso del tiempo. La pana y el cuero han dado paso a materiales técnicos y, en los últimos años, las prendas de camuflaje ultra realistas han ganado espacio en el armario de los cazadores. Este tipo de ropajes están muy conseguidos y sino, que se lo digan a este corzo que confundió la chaqueta de un arquero con un apetitoso arbusto.

Se trata de un joven macho que tímidamente se acerca hasta ella, que lo observa sin moverse. En un momento dado, el duende se acerca tanto hasta ella que llega a intentar comerse las hojas de plástico de su traje de camuflaje, mientras una cámara graba toda la escena.

9. La liebre que se encamó en una ‘isla’

Puede que la sabiduría popular no sea tan precisa como la ciencia, pero acierta. Prueba de ello es la liebre que hoy traemos en este vídeo. El refranero popular, que es sabio, siempre ha dicho que «donde menos se lo espera, salta la liebre». El proverbio alude a la facilidad que tiene este animal para encamarse en los sitios más insospechados, algo que queda confirmado con las siguientes imágenes.

En las increíbles imágenes vemos a una liebre encamada en mitad de una charca de agua. La rabona aprovecha un promontorio existente para excavar su cama y aguardar a que pase el día. Después de que las liebres ‘corran por el mar’ sólo nos queda ver el monte lleno de sardinas…

10. El perro que encontró a un jabalí durmiendo como un tronco

Si no fuera porque todo quedó grabado en este vídeo, nadie se lo creería: un jabalí duerme a pata suelta dentro del tronco hueco de una encina mientras un perro lo olfatea y varias personas lo graban.

Un perro, de raza fox terrier, se acerca al jabalí en varias ocasiones y lo olfatea. Finalmente, lanza un ladrido que despierta al cochino. Este comienza a correr despavorido mientras todos los presentes estallan a reír.

       
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