El cazador madrileño Enrique Llorente Calderón, de 49 años de edad, abatió hace varias temporadas en un pueblo de la provincia de Palencia un descomunal jabalí medalla de plata durante una jornada de caza de perdices, aunque ha sido ahora cuando se ha decidido a contar la historia coincidiendo con el concurso de historias de caza que Jara y Sedal y Excopesa han puesto recientemente en marcha.

El relato aconteció durante una mañana de Navidad en la que Enrique decidió a priori que saldría a la menor junto a sus bracos alemanes ‘Tom’ -de doce años- y ‘Sancho’ -un cachorro en su primera temporada de caza-. Según nos cuenta el protagonista había un poco de niebla, por lo que esperó unos minutos en el coche a ver si se disipaba.

El cachorro señala al jabalí, que salta al lado de un arroyo

Más imágenes del animal. / E.N.

Minutos más tarde, una vez la niebla despareció, el cazador comenzó la jornada andando por un pequeño arroyo cuando, de repente, vio que el cachorro se quedaba de muestra por la parte de la derecha del agua: «Yo iba por el lado contrario y pensé que era la liebre porque acababa de empezar y no había cansado ninguna perdiz. Me fui acercando con Tom por mi lado y de repente se arrancó un bicharraco del arroyo de derecha a izquierda, ofreciéndome todo su costado sobre el que descargué la repetidora», relata el cazador.

Tres disparos que no surten efecto

Otra imagen del cobro del animal. / E.N.

Tras ver que los primeros disparos no surtieron efecto, Enrique metió una nueva bala, encaró el arma, pero no disparó: «Los perros estaban cerca, me quedé mirando hasta que vi al animal cómo se metió en otro arroyo que subía en paralelo al que yo recorría y eché a correr en esa dirección mientras metía en la recámara de la escopeta dos balas más», describe Lorente sobre el apasionante lance.

Finalmente el cazador llegó a su altura y desde arriba del arroyo disparó de nuevo: «Cayó fulminado», relata.

Necesitó un todoterreno para sacar al jabalí del arroyo

Una vez calmados los ánimos, Enrique trató de sacarlo del arroyo, pero le fue imposible, así que decidió llamar a un amigo, pero tampoco podían con él entre los dos: «Tuvimos que llevar el todoterreno para poder tirar con una cuerda de él y sacarlo del cauce».

Enrique llevó los colmillos a un taxidermista de confianza quien le aseguró que era medalla de plata: «Sin duda es el animal con mejor trofeo que he cazado a pesar de haber ido a infinidad de batidas y de esperas nocturnas», concluye el cazador.

Jara y Sedal y Excopesa premiarán la mejor historia de caza con unos prismáticos Minox

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Para optar a ellos solo tienes que enviarnos un email a [email protected], o un mensaje privado a cualquiera de nuestras redes sociales contándonos tu mejor historia de caza mayor, adjuntar las fotos de ese día y tu número de teléfono, además de seguir en Instagram el perfil de Jara y Sedal (@jaraysedal.esy el de Excopesa (@Excopesa). No tiene por qué ser el relato de un trofeo medallable, aunque se valorarán aquellos extraordinarios, curiosos o llamativos a los que les acompañe una buena historia. En este enlace te contamos cómo puedes participar.