Por Rafa Carrillo

6,5 Creedmoor

Este es, posiblemente, mi calibre favorito en la actualidad. Bergara fue la fábrica pionera de este calibre, por lo que lo conozco a la perfección. Mi primera toma de contacto fue cazando machos monteses en Sierra Nevada y su poder de parada fue lo que me llamó la atención ya en el primer disparo. Estamos ante una bala que presenta unos pesos comprendidos entre 100 y 150 grains. Su máximo desarrollo, en un rifle con 1/8 de paso de estría, es en 140 metros, alcanzando un coeficiente balístico de 0,719 con punta Accubong Long Range. Ese dato, junto a su impresionante velocidad de salida, provoca que tenga menos caída que un .300 WSM a partir de 500 metros. Además su retroceso es muy liviano, convirtiéndolo en la opción perfecta para los cazadores que buscan un disparo cómodo. Otro dato a tener en cuenta es precio: puedes encontrar cajas a partir de 30 euros, con lo que podrás practicar sin mirar continuamente el bolsillo.

○ A favor: es un calibre suave, con poco retroceso y un excelente poder de parada y súper preciso.
○ En contra: lo tiene todo y, sinceramente, no le veo pega alguna. Es una maravilla.

Su alter ego: .270 Winchester

Aunque son calibres similares presentan una diferencia de medio milímetro de sección en favor del .270 Win, por lo que tiene una vaina más grande idéntica a la de su hermano mayor, el popular .30-06. Esto significa que este cartucho carga más pólvora y, por tanto, desarrolla más energía en el impacto. El .270 tiene más retroceso que el 6,5 Creedmoor pero un menor coeficiente balístico.

.300 Blackout

Fue en diseñado para armas semiautomáticas militares, pues es perfecto para repetir disparos rápidos por su poco retroceso. De hecho es comparable a la munición que usa el famoso subfusil de asalto AK47 Kalasnikof 7,62x 39, pues la del .300 Blackout equivale al 7,62×35. Su bala empieza en 90 grains llegando hasta los increíbles 220 capaces de parar al mas grande jabali de nuestras sierras, y disfrutando de gran variedad de puntas tanto semiblindadas, blandas, de polímero, subsónicas y monolíticas expansivas. Cazando corzos debemos utilizar una blanda y ligera para poder conseguir un tiro tenso con el cual cubrir un rango de 250 metros sin ningún problema. Su pequeña y corta vaina (la del .223) con la combinación de un proyectil 7,62 hace que llene de pólvora todo su interior consiguiendo no dejar espacio libre, lo que provoca una magnífica combustión y, a la vez, una constante velocidad de salida.

○ A favor: la variedad de puntas es enorme y además, son muy económicas. Se dispara en cañones cortos.
○ En contra: el punto flaco lo encontramos en la distancia de tiro efectiva: no es lo mejor para largas distancias.

Su alter ego: .222 Rem. Mag.

Nació en Estados Unidos para la caza tipo varmint. Es una bala muy ligera (alrededor de 50 grains), por lo que es necesario colocar bien el disparo en una zona vital para evitar herir al animal. Viaja alrededor de los 1.000 m/seg, pero su techo está sobre los 200 metros: disparar por encima de esa distancia es tentar a la suerte, pues el viento le afecta muchísimo.

6,5 PRC

Este será sin duda uno de los calibres revelación los próximos años. Nacido en 2018, con una alta velocidad de salida y un coeficiente balístico espectacular además de un retroceso moderado es, en resumidas cuentas, un 6.5 Creedmoor… pero hormonado. Su casquillo nos recuerda a los short magnum, teniendo un ángulo de hombro bastante acusado, viniendo de una vaina del 300 Ruger y reduciendo el diámetro del calibre 30 al 6,5. Los pesos de las puntas son iguales a las de su hermano pequeño, el 6,5 Creedmoor, desde 120 a 150 grains. Empieza a despuntar a partir de los 400 metros al tener un 20% más de energía que sus competidores. Las distancias a las que podemos conseguir abatir un corzo son muy altas pues, como comentaba anteriormente, su gran coeficiente balístico hace que sea muy tenso, y eso a la hora de cazar se agradece muchísimo. Técnicamente hablando, tiene todos los componentes para ser el rey del rececho del corzo.

○ A favor: su velocidad y altísima precisión… y todo, unido a un excepcional poder de parada.
○ En contra: la falta de munición en el mercado español y su retroceso, demasiado contundente.

Su alter ego: 6,5 x 284

Es un calibre creado en 1963 con el mismo diámetro de proyectil que el 6,5 PRC pero con un casquillo más largo. Aun así es de acción corta, siendo mas fácil de repetir los disparos en caso de fallar un corzo. Los pesos de la bala parten de 129 grains y acaban en 147. Presenta un diseño excelente, con vuelos estables y una gran velocidad. El precio y el retroceso son sus puntos flacos.