La Policía Local de Zaragoza localizaba en la tarde de ayer a un joven corzo que deambulaba herido y desorientado por las calles de la capital aragonesa. Finalmente los agentes pudieron capturarlo y ponerlo a disposición de técnicos del ayuntamiento que lo devolverán a su hábitat natural. 

7/5/2019 | Redacción JyS

El corzo herido fue localizado en la calle Salvador de Madariaga. / Policía Local de Zaragoza

La Policía Local halló un corzo herido en el cruce de la calle Salvador de Madariaga con el Camino de las Torres, en el centro de la capital aragonesa. Aunque estaba desorientado, los agentes pudieron rescatar al animal con la ayuda del personal de una clínica veterinaria, tal como ha informado Heraldo. 

Según el mismo medio los técnicos de la Unidad Verde del Ayuntamiento de Zaragoza se hicieron cargo del corzo, que será curado y tratado antes de ser devuelto a su hábitat natural.

No es la primera vez que se rescatan un corzo en Zaragoza o sus inmediaciones. Hace unos meses, en agosto del año pasado, bomberos de la Diputación de Zaragoza salvaron a un ejemplar que había caído en una balsa de riego. Al principio, el animal trataba de salir por sus propios medios del agua, aunque sus esfuerzos no dieron resultado. Ante la presencia de los cuatro bomberos, decidió darse la vuelta y alejarse de ellos, que finalmente lograron capturarlo a nado y con la ayuda de varias sogas debido al agotamiento que sufría el corzo.

Otros rescates de corzos

El pasado 1 de abril Jara y Sedal publicaba cómo Juanjo Villalba, un joven cazador de 31 años y natural de Almoguera, localizaba un corzo atrapado en el canal de riego que cruza junto a la localidad alcarreña. No dudó un segundo en quitarse la ropa y lanzarse de cabeza al agua para salvar al animal. Las imágenes que filmó su amigo Ángel Velasco se convirtieron en virales.
Días antes, en el mes de marzo, las imágenes de un hombre que trataba de salvar desesperadamente a varios jabalíes que nadaban exhaustos en un canal de riego tuvieron gran repercusión en las redes sociales. Es común que en este tipo de instalaciones se les mojen las pezuñas a los animales al tratar de beber, caigan en ellas y ya no puedan volver a salir, de ahí que se hayan convertido en una auténtica trampa mortal.