El ataque de una manada de lobos puede causar bastantes bajas en los rebaños de ovejas, cabras, vacas… de una explotación. También el ataque de cualquier otro depredador como un zorro puede matar a un cordero. Para prevenir estos problemas, los propietarios recurren a herramientas como los pastores eléctricos y, por supuesto, también de la ayuda de perros guardianes de ganado: el mejor aliado del pastor desde tiempos remotos. 

Entre ellos, destaca el mastín, una raza especialista en estas tareas. De enorme fortaleza gracias a su corpulencia –supera los 70 centímetros de alzada y puede llegar a pesar 90 kilos–, se trata de un perro valiente que no teme enfrentarse a grandes predadores y es muy leal y cariñoso con sus dueños… y con el ganado que cuida.

Este vídeo da fe de la nobleza y fidelidad del mastín

La imagen del siguiente vídeo, de la que no ha trascendido por el momento el lugar exacto en la que ha sido tomada, da testimonio de la fidelidad de la raza, un perro capaz de ahuyentar a las manadas de lobos de un territorio y de quedarse incluso cuidando de un cordero hasta que llega el pastor.

«Esto es una perra», se le escucha decir al propietario del can al final de la grabación.

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La historia del mastín en nuestro país

Introducido en España en la Edad Media, en sus orígenes el mastín era el gran compañero de los pastores que sabían que su perro no sólo protegería a sus rebaños de ovejas del ataque de las manadas de lobos: también ellos, ahora, se sentían seguros con su compañía en la búsqueda de pastos.

El mastín comenzó a perder protagonismo con la desaparición de la trashumancia, cuando su número en nuestro país empezó a reducirse. Sin embargo su presencia aún es relevante en el norte de España, especialmente en las explotaciones de ganado en extensivo y debido, en parte, a la cada vez mayor poblaciones de lobo.