«Hago este vídeo porque mi amigo Juan Manuel Vicens me ha llamado por teléfono para que, por favor, si estaba cerca, me pasase al lado de su casa a echarle un cable. Este tío tiene una enfermedad por el tema de la caza de los jabalíes… y ha abatido otro enorme y no puede sacarlo». Así comienza Juan Carlos Alemany Parra, un amigo del conocido cazador de nuestros lectores Juan Manuel Vicens, el vídeo que plasmamos a continuación.

Si hace unas semanas Vicens volvió a ser noticia por su última aventura cinegética cazando en espera un descomunal jabalí de 122 kilos que se estaba comiendo la comida que el propio Juan Manuel tenía puesta a las torcaces de la zona, ahora lo ha sido por abatir otro jabalí también en la provincia de Valencia. Aunque lo más emotivo de toda esta nueva historia compartida a través de sus redes sociales es el vídeo grabado por su compañero, mostrando, desde fuera, la pasión por la caza de este valenciano al que el Dr Cavadas devolvió la ilusión.

«A raíz de todo lo que ha sufrido en esta vida, tiene mucha moral y no se desespera nunca», elogia el cazador sobre Juan Manuel, que habla al final de la grabación. «Me vine de espera y nada más llegar escuché un ruido, puse mi mira nueva y observé a este gran jabalí, al que disparé en el corazón y cayó seco», describe Vicens. «Enseguida se ha levantado y se ha puesto en la hierba. Por miedo a quedarme estancado me he quedado aquí, esperándote», le dice a su amigo.

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La historia de superación de Juan Manuel y su encuentro con el Dr Cavadas

Juan Manuel, tras una jornada de menor. A la derecha, con un jabalí cazado en espera. / J.M.V.

Juan Manuel Vicente es tetrapléjico y ha tenido una vida muy dura. Su madre murió cuando sólo era un adolescente, 17 días después de que él sufriera un grave accidente que le llevó a estar tres meses en coma. Un accidente cuya consecuencia fue una lesión medular le impedía mover su cuerpo por debajo del pecho. Además, cuando despertó le habían amputado el brazo izquierdo y su mano derecha iba a correr la misma suerte. Para evitarlo, el doctor Pedro Cavadas se la injertó entonces en el abdomen para que mantuviese el riego y poder volver a implantársela. Gracias a ello, siete años después, tras un emotivo reencuentro con el famoso cirujano, consiguió volver a cazar. Así nos lo contó.