Así fue la apasionante montería que dos amigos vivieron el pasado 12 de octubre en Guadalajara: valía 50 euros pero les invitaron, y de los 30 puestos que cazaban, solo tocaron pelo ellos y otro cazador que abatió un jabalí de 30 kilos. Una jornada que no se les olvidará jamás.

18/10/2019 | Redacción JyS

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Los dos cazadores, con el gamo y el ciervo. / C.S.

Lo que les ocurrió a los cazadores Carlos Saz Ávila –de Guadalajara- y Quique Hous –de Madrid- el pasado 12 de octubre durante una humilde montería en la provincia de Guadalajara fue, casi casi, como si les hibiese tocado la lotería. Cazaron un gamo que podría ser medalla de plata tras su homologación oficial y un ciervo en una montería que costaba 50 euros y a la que, además, fueron invitados.

Por si fuera poco, en la montería que se desarrolló en una finca abierta –de 30 puestos– los únicos que cazaron algo fueron ellos y otro compañero, que se hizo con un pequeño jabalí de 30 kilos. Desde Jara y Sedal nos hemos puesto en contacto con ellos para conocer la historia de este día inolvidable para ambos y que jamás se les irá de la mente.

Uno de los cazadores con el gamo.

La montería se llevó a cabo en un coto social cercano a la localidad alcarreña de Peralveche. Carlos Saz Ávila relata que ambos amigos fueron al mismo puesto con un solo rifle: «A los diez minutos de ponernos nos entraron cuatro ciervas y un venado de diez puntas», se emociona contando el inicio de la jornada. «Mi compañero disparó al ciervo y logró abatirlo, cobrándolo al final de la montería a unos 500 metros del puesto», dice el joven. A la media hora le entró otro venado y lo falló.

Los dos amigos con el gamo y el ciervo.

Después de que Quique Hous abatiese ese primer venado, pasó el rifle a Carlos Saz. «A los cuarenta minutos nos entró este aparato de gamo», sigue relatando. «Enfrente teníamos una siembra abandonada, llena de cardos altos, y fue ahí donde apareció. Me apoyé en el trípode y aunque necesité tres disparo conseguí cazarlo», nos cuenta.

El gamo, que ya se encuentra en manos del taxidermista, podría ser medalla de plata. Así terminó una jornada que estos dos cazadores no olvidarán jamás.

El primer gamo de este joven en Cádiz que jamás olvidará

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Javier Mesa Ortiz, con el gamo abatido. / J.M.

Hace unos meses, fue protagonista en Jara y Sedal cómo el joven Javier Mesa Ortiz, de 22 años de edad, cazó un gamo que se quedó sólo tres puntos de erigirse como medalla de oro. Lo abatió en pleno Parque de los Alcornocales, dio 176.2 puntos y fue un regalo de su padre, Rafael Mesa. Lo cazó después de seis horas tras sus pasos durante la ronca. Nos lo cuenta aquí.

https://revistajaraysedal.es//monstruoso-gamo-jaen/