Casi todo el mundo está de acuerdo con que la pérdida y transformación del hábitat es la principal causa del declive de especies ligadas a los medios agrícolas, caso de la perdiz roja, aves esteparias no cinegéticas y nuestra liebre ibérica, por poner ejemplos. También hay quórum cuando se habla de que un hábitat diverso y heterogéneo ayuda a reducir la depredación, dado que las especies presa son capaces de evadir mejor a sus predadores.

Sin embargo, entre parte de los científicos y la Administración sigue sin haber consenso sobre la efectividad del control de predadores oportunistas en España y escasean los estudios que evalúen de forma científica su efecto, tanto en las presas como en los propios depredadores. Este es el objetivo principal de un proyecto realizado por Fundación Artemisan gracias a la convocatoria de ayudas a la investigación en el sector cinegético 2020-2023 de la Federación Extremeña de Caza. 

La idea es evaluar qué sucede en un coto en el que se realiza control de predadores –coto experimental– y compararlo con otro en el que no se realiza dicho control –coto testigo– a lo largo de tres años consecutivos. Los dos, situados en Badajoz y separados por cinco kilómetros de distancia, son homogéneos en cuanto al hábitat, la gestión cinegética y agraria y las densidades de perdiz al comienzo del proyecto. En ninguno se realiza aprovechamiento de caza menor. 

¿Cómo se lleva a cabo este experimento?

Por una parte se realiza un seguimiento y monitorización de las especies de caza menor, otra avifauna y predadores. Para ello se hacen censos diurnos, y de esta forma se miden indicadores poblacionales de perdices, urracas y diversidad de avifauna en general. En estas especies se plantean dos campañas de censos: pre-reproductor –en febrero y marzo–, y post-reproductor –en julio y agosto–, repitiéndose cada recorrido durante tres días consecutivos con tres réplicas en cada campaña. Los censos nocturnos se utilizan para medir indicadores poblacionales de zorro y gato asilvestrado, liebre y conejo, realizándose una primera campaña en enero-febrero, y una segunda en agosto-septiembre, con las mismas réplicas y metodología que los censos diurnos.

Por otro lado se recurre al fototrampeo para medir la diversidad y distribución de toda la comunidad de predadores, que incluye especies difíciles de detectar como los mustélidos. Las cámaras se distribuyen de forma homogénea, distanciadas lo máximo posible entre ellas y asegurando que todos los hábitats están suficientemente representados. Así se puede realizar un estudio por especie de su actividad diaria y ritmos circadianos, tanto de las especies de caza menor, como de los predadores.

Capturas de predadores

Por otra parte, en una de las fincas, un guarda rural titulado como especialista en control de predadores realiza el control autorizado de las siguientes especies: zorro, urraca, gato doméstico asilvestrado y mediante los permisos pertinentes de la Junta de Extremadura, jabalí y meloncillo. Los métodos y modalidades que se están realizando son los siguientes. Jabalí: aguardo todo el año y caza al salto durante el periodo hábil. Se controla todo el año por la problemática que genera tanto en especies cinegéticas como en el ganado. Zorros: métodos homologados –lazos Collarum y Belisle–, de marzo a septiembre; caza al salto, durante el periodo hábil; perros en madriguera, de octubre hasta abril. Gatos asilvestrados: con escopeta, todo el año; con jaulas selectivas, del 15 noviembre al 15 de febrero. Urracas: con jaulas, de marzo a septiembre; caza al salto, durante el periodo hábil.

Primeros datos

El proyecto comenzó en marzo de 2021. Una vez conocimos de qué poblaciones partíamos al inicio del proyecto dio comienzo el control de predadores en la finca experimental. Los resultados de capturas en los primeros meses de trabajo se muestran en las gráficas. Dado que el estudio se ha realizado sólo durante un año tendremos que esperar hasta el segundo para tener más resultados, pero podemos afirmar que el zorro ha sido al especie de mamífero más frecuentemente capturada –gráfico 1– y en el futuro próximo se realizarán controles de jabalí y meloncillo.

Por su parte, las capturas de urracas –gráfico 2– mostraron un patrón ascendente de abril a junio que coincide con la búsqueda y defensa de territorio. Las trampas homologadas, por otro lado, han mostrado una selectividad superior al 80%, lo cual refuerza la idoneidad de estos métodos para el control selectivo de las especies. Y por último, en la finca experimental se ha observado una mejor relación de perdices juveniles/adultas tras realizar los últimos conteos de bandos o polladas en verano –gráfico 3–, lo cual puede indicar que en este coto la especie se ha reproducido mejor. Aun así, tendremos que esperar a los resultados de los próximos años.