El cazador Eduardo Andrés Gallego, natural de la localidad de Salduero (Soria), abatió el pasado domingo un bonito corzo afectado por la ‘la moscarda’ o ‘mosca de las narices’ y que, según cuenta el propio cazador a Jara y Sedal, «tenía hasta 150 gusanos» desde la punta de la nariz hasta la zona de la garganta.

«No sé ni cómo estaba vivo el animal», se lamenta Andrés sobre este corzo abatido en la Reserva Regional de Urbión. «Ya llevábamos un tiempo detrás de él y de otro que ya fallé, pero este era muy bonito y eso me enamoraba de la pieza», dice sobre su cuerna.

Ahora que sabe que estaba afectado por esta miasis o parasitosis provocada por un tábano que necesita al corzo como hospedador para completar su ciclo larvario, reconoce que le «hizo un favor» ya que «debía ser un calvario vivir así, con esa enfermedad y lo avanzada que la tenía». De hecho, según el cazador hay cotos cercanos en los que también ha habido muertes recientes de animales por la ‘mosca de las narices’.

Así fue el lance

El domingo, muy de mañana, el guarda y el cazador vieron a este animal mientras cruzaba una pista forestal: «Muy rápido, se nos metió a un cortafuegos y se nos quedó mirando. Entre el guarda y yo lo valoramos, vimos que era correcto y disparé a unos 70 metros de distancia, cayendo al instante», relata el cazador soriano.

Al ir a cobrar la pieza, se percató de la desagradable sorpresa: «Pude aprovechar la carne, pero abatir un corzo con esta enfermedad te deja un mal sabor de boca sabiendo que otros muchos ejemplares pueden estar afectados», señala tras un lance que llevó a cabo con su rifle Bergara B13 en calibre .308 Winchester.

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Así son los gusanos del corzo y así pueden afectar a los ejemplares de tu coto

Los ‘gusanos del corzo’ son las larvas de un insecto de un tábano (Cephenemyia stimulator) que requiere del corzo como hospedador para completar su ciclo vital. Esta miasis o parasitosis es transmitida por las hembras del tábano, que depositan sus huevos en la nariz del corzo, y a partir de ahí se desarrollan las larvas que afectan a su nariz y garganta.

Estas enfermedades se conocen como oestrosis, y en especies domésticas como ovejas y cabras también son comunes. La Hipodermosis es otra larva de un insecto, en concreto Hypoderma actaeon, la mosca de los barros, que vuela durante el verano y deposita sus huevos en el pelo del corzo, introduciéndose las larvas a través de la piel, realizando orificios por los que respiran.

¿Cuántos casos hay en España?

La Asociación del Corzo Español (ACE), lleva varios años potenciando estudios en ambas enfermedades. Según datos disponibles en su web, en la campaña 2016-2017 sobre el 30% de los corzos muestreados –de un total de 111)– eran positivos al gusano de la nariz, y los primeros estudios de Hipodermosis, se han ido confirmando casos en Guadalajara, Soria, Teruel, Burgos y Guadalajara.

En la web de la ACE podrás encontrar conclusiones interesantes sobre ambas enfermedades según vaya pasando el tiempo y se vayan teniendo más datos en las zonas corceras de España. Cualquier persona que detecte la presencia de este parásito u otros que pudieran aparecer y quiera colaborar en el proyecto, puede descargarse la ficha correspondiente en el apartado “Proyecto Oéstridos” ubicado en su web.