David y Rubén Blázquez son dos hermanos cazadores que hace unos días fotografiaron en su coto de Castilla y León a una corza con un aspecto horripilante. Concretamente, el animal tenía un protuberancia en su parte delantera, que casi duplicaba el tamaño de su cabeza.

David ha narrado a Jara y Sedal cómo dieron con el extraño animal: «Mi hermano y yo íbamos a ponernos a recechar por la tarde y, según íbamos buscando el sitio para hacerlo, localizamos algo en mitad de una siembra».

«Rubén decía que era una zorro, y como no veíamos bien cogí la cámara y vimos que era una corza, pero observamos que tenía algo en la cara…», momento en el cual comenzaron a especular para intentar adivinar de qué se trataba.

Intentaron abatirla sin éxito

Tras ello, intentaron acercarse un poco más y comprobaron que tenía «una especie de tumor» en su cabeza: «Por eso, fuimos de nuevo al coche, cogimos el rifle e intentamos hacerle una entrada para intentar abatirla y acabar con su sufrimiento». No obstante, la corza «se levantó, porque nos olió, y se fue metiendo en el monte hasta que se ocultó completamente».

La han podido ver de nuevo, pero ha escapado

Estos días la han podido ver de nuevo, pero no han podido hacerle una entrada, algo que pretenden llevar a cabo para llevar a analizar a la corza por si tuviese alguna enfermedad que fuese peligrosa para el resto de animales. Puedes ver todas las imágenes que tomaron en el siguiente vídeo.

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Un veterinario nos describe el caso

El veterinario Carlos Díez, de Ciencia y Caza, explica en declaraciones a Jara y Sedal que «es difícil» de comprobar la enfermedad exacta que padece, ya que aún no ha sido abatida. «Podrían ser varias cosas: desde un proceso infeccioso, hasta un traumatismo, un tumor o incluso una reacción a la picadura de un insecto o la mordedura de un reptil», detalla Díez. El misterio permanece hasta que los hermanos cazadores logren abatir a la corza y evitarle más sufrimiento.

No obstante, no es el primer corzo que se intenta cazar con un bulto en la cabeza. El pasado año 2019,  Gonzalo Roca de Togores cazó otro extraño ejemplar en un coto soriano, tal y como relatamos en Jara y Sedal. En aquel caso la tumoración sí estaba llena de gusano y desprendía un olor nauseabundo. 

Otro corzo con un comportamiento inusual y una extraña malformación

En junio de 2019, fue abatido en Susañe del Sil (León) un corzo que presentaba un extraño comportamiento: corría sin parar en círculos en el sentido opuesto a las agujas del reloj. Además, presentaba un enorme tumor en la parte derecha de su cabeza que, incluso, le había ocultado un ojo. Después de ser abatido, el cuerpo del corzo fue trasladado a un centro de recuperación de fauna de Valladolid, donde realizaron una necropsia. Así ocurrió todo.