«Nos jugamos la vida cada vez que salimos de caza», afirma un cazador de la zona que encontró tornillos afilados anclados en el asfalto que trataban de dificultar el acceso de los cazadores. 
29/1/2019 | Redacción JyS

Irremediablemente algunos de los coches que pasaron por allí pincharon. / Ángel Sánchez

Tornillos en el suelo para evitar el paso de los cazadores: así han sido los nuevos ataques animalistas en los últimos días en la localidad toledana de Navalcán. Jara y Sedal se ha puesto en contacto con una de las personas afectadas por el incidente, un cazador de la zona que encontró tornillos afilados anclados hacia arriba. Ese día hasta tres coches de trabajadores de una granja de cerdos cercana pincharon por culpa del ataque de los anticaza.
«Por ese camino necesariamente hay que pasar para ir de caza, y es el blanco de estas personas», explica Sánchez a este medio. Para hacer las trampas para los cazadores, «pusieron tacos en el suelo, le segaron la cabeza al tornillo y le afilaron la punta», por lo que lo convirtieron en un artefacto sumamente peligroso según explica el cazador.
Irremediablemente algunos de los coches que pasaron por allí pincharon, incluso tres empleados de una granja de cerdos cercana también vieron sus vehículos dañados por los tornillos. Según el propio cazador, la Guardia Civil habría identificado a uno de los autores de las trampas, aunque por el momento se desconocen más datos sobre la investigación.  

«Sabemos quiénes son con nombres y apellidos»

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Así se encontraban en el camino asfaltado los tornillos. / Ángel Sánchez

El cazador denuncia que con este tipo de prácticas delictivas «te estás jugando incluso la vida cada vez que sales de caza». Pero es que el daño puede ir más allá, ya que «cualquier persona que salga a correr o el ganado que por allí pase se puede ver gravemente herido. Incluso un pinchazo puede provocar un gravísimo accidente».
Precisamente lo que no han tenido en cuenta quienes han colocado estas trampas es que no sólo pueden perjudicar o provocar un accidente a los cazadores que durante esta temporada transiten aquellos caminos, sino que ciclistas, viandantes o perros pueden también salir malparados.
Además, lo más grave es la impunidad ante este tipo de situaciones de quienes las realizan, según denuncia el cazador. «Ahora tenemos pronto otra montería y ya tememos más ataques. Sabemos con nombres y apellidos de quién se trata», se lamenta el cazador.

Madrid tampoco se salva del odio animalista

Trampas contra cazadores en la Comunidad de Madrid. / Jara y Sedal

Ya el verano pasado Jara y Sedal sacó a la luz este tipo de ataques, en aquella ocasión en municipios de la Comunidad de Madrid. En este caso se trataba de rudimentarias tablas con clavos o tornillos colocadas con el fin de pinchar las ruedas de los vehículos de los cazadores. Pero no quedaban ahí, además incluían personalizados mensajes como: «Pagáis vuestra rabia con los que no pueden defenderse», «soy una paloma torcaz» o «dejarlas en paz, maricones».