La subespecie del urogallo cantábrico atraviesa un grave momento. Así lo manifiesta la organización conservacionista Seo Birdlife que ve como síntoma evidente del pronóstico la aparición en la cordillera Cantábrica de ejemplares con comportamiento manso, también llamados ‘dóciles’.
06/07/2014 | Diario de León | Maje Muñiz
Es el caso de la hembra de urogallo encontrada el pasado mayo por un visitante en el puerto de Las Señales, que fue radiomarcada y puesta en libertad. El ejemplar, que murió dos semanas después, cumplía los criterios aludidos por la oenegé, que considera que una hembra es mansa «cuando ha perdido el instinto de huida delante de las personas; durante la época de celo, en ocasiones, llegan a colocarse en posición de acoplamiento aunque se encuentren en zonas donde no existen ejemplares machos».
Seo añade que este comportamiento «indica un avanzado estado de fragmentación de las poblaciones, y un alto grado de degradación, que no permite el desarrollo normal del proceso reproductivo».
La organización relata que en el caso de Las Señales, «personal de la Junta de Castilla y León, compuesto por agentes medio ambientales de la comarca de Boñar y celadores de medio ambiente de la Reserva Regional de Caza de Mampodre, siguieron diariamente a la hembra para comprobar que no volviera a desplazarse a una carretera o lugar humanizado, así como para vigilar y controlar posibles molestias que se pudieran derivar sobre el ejemplar». Según afirma, «el radioseguimiento permitió conocer las localizaciones del ave, que se mantuvo en el interior del bosque, realizando pequeños desplazamientos. Desafortunadamente, después de dos semanas de radiomarcaje, se detectó la muerte natural del animal». La necropsia ha revelado que la causa de la muerte fue la obstrucción del oviducto por un huevo que no pudo expulsar. Esto es una patología del aparato reproductor de las aves, comúnmente llamada ‘huevo retenido’. Otro ejemplo recordado por la organización es el acaecido en junio de 2008, cuando un macho en celo apareció en el municipio de Tarna, en el Parque Natural de Redes, Asturias, al que los vecinos cariñosamente apodaron como Mansín. Este urogallo paseaba por las calles del pueblo realizando su cortejo nupcial como si se encontrara en un cantadero en mitad del bosque. Pese a que fue vigilado continuamente por el servicio de guardería de Redes, en el mes de julio un perro acabó con su vida. En el último año y medio había aparecido en siete pueblos distintos del Concejo asturiano de Caso y los servicios de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural lo habían capturado en diez ocasiones para intentar su reintroducción, sin éxito, en el medio natural.