Los ejemplares podrían haber nadado en aguas contaminadas con desechos humanos procedentes del tratamiento de aguas residuales y tenían en su cuerpo restos de nicotina, cafeína, medicamentos y otros agentes químicos.
8/3/2016 | Redacción JyS
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Funcionarios de la Administración Nacional de Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos -National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA)- han descubierto algo extraño con peces procedentes del Estrecho de Puget de Washington. Algunos de ellos dan positivo por drogas.
Un estudio ha encontrado 81 tipos diferentes de medicamentos en juveniles de salmón Chinook y en algunos ejemplares de Leptocottus armatus. Al analizarlos encontraron restos de Prozac, Lipitor y otros medicamentos como Advil o Tylenol. Pero también encontraron drogas como la cocaína.
Y la pregunta que se están haciendo los científicos es: ¿Cómo llegan esas sustancias al organismo de los peces? Y la respuesta a priori parece sencilla: todos los peces con alteraciones fueron capturados cerca de las depuradoras que se encargan de tratar las aguas residuales de la zona.
Las pruebas que se realizaron posteriormente en esas aguas revelaron algunos resultados sorprendentes acerca de lo que ocurría. “Las concentraciones de aguas residuales eran mucho más altas de lo esperado”, afirma Jim Meador, toxicólogo ambiental de la NOAA, al Seattle Times. «Hemos analizado muestras de 150 compuestos y tuvimos un 61 por ciento de ellos detectado en dichas aguas. Así que sabemos que estos elementos se encuentran ahora en los estuarios».
Aguas cargadas de agentes químicos
Parece que los medicamentos, y las drogas, acaban en las aguas residuales de la ciudad a través de las cantidades no absorbidas por el cuerpo humano y que son eliminadas en los desechos, o también a través de las drogas que algunas personas tiran al inodoro. El Seattle Times informa que algunos de los otros elementos que se encuentran incluyen Valium, nicotina, cafeína o antibióticos.
No se sabe con seguridad si los niveles de sustancias químicas encontrados se deben al mayor número de personas que consumen drogas en la zona o simplemente se debe al proceso de tratamiento de aguas residuales que se produce allí. Al parecer hay algunos productos químicos que son utilizados en este proceso de depuración que son difíciles de eliminar.
«En el procedimiento se trata de hacer todo lo posible para eliminar estos elementos, química y biológicamente, pero no es sólo la calidad del tratamiento, también es la cantidad que usamos día a día y nuestra suposición de que por si sólo se va», admite Betsy Cooper, administradora del permiso de King County para la División de tratamiento de aguas residuales al Seattle Times. «Pero al final no todos los elementos se van».
Todo ello convierte las aguas de este Estrecho en un peligroso cóctel de productos químicos. La buena noticia es, según afirma Meador, que los efectos en la salud humana son probablemente inexistentes porque los seres humanos no comen salmones jóvenes. Sin embargo, existe la preocupación sobre el efecto que pueda tener sobre los animales que se aprovechan de forma natural de estos peces. El estudio de Meador encontró hasta 44.000 kilos de productos químicos que podrían verterse en el Estrecho de Puget al año.
«Uno tiene que preguntarse lo que está haciendo a los peces», asevera Meador. Otros estudios de Meador ya han demostrado que el salmón muere a un ritmo mayor cuando nada a través de las áreas contaminadas de Puget.
Las drogas alteran su comportamiento
Además, otro estudio realizado en EE.UU. afirma que las percas que habían sido expuestas a las drogas habían alterado su comportamiento en comparación a otras que no lo habían sido. El comportamiento alterado de los peces podría modificar el ecosistema, ya que podría dar lugar a la proliferación de algas y generaría un impacto negativo en la población de peces a medida que la depredación de las percas aumentase. Y dado que los efectos encontrados sobre el salmón se consideran como una alerta temprana de cambios de un entorno, existe una posibilidad de que se produzcan efectos muy grandes en el ecosistema que aún no han sido descubiertos.
Por ahora, la Agencia de Protección del Medio Ambiente y la Organización Mundial de la Salud están buscando mejoras en los tratamientos de las instalaciones de depuración de agua para mejorar los tratamientos y así poder retardar, cuando no eliminar, la liberación de estas sustancias químicas hacia el océano. También se anima a los ciudadanos a ayudar con el problema de la eliminación de los medicamentos recetados no deseados a través de los programas de readmisión con las farmacias en lugar de tirarlos por el inodoro.