Según dos estudios científicos: «Las dietas vegetarianas, veganas y crudívoras pueden ser saludables, probablemente más que la típica dieta americana. Pero llamar a estas dietas «naturales» para los seres humanos es exagerado en términos de evolución». Así lo recoge el diario Washington Post en el artículo que a continuación reproducimos.
21/01/2016 | Washington Post

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Foto: Shutterstock.

Comer carne y cocinar nos ha hecho humanos, sugieren los estudios publicados, permitiendo que los cerebros de nuestros antecesores crecieran durante millones de años.
Aunque esta no es la primera afirmación que hacen los arqueólogos y biólogos evolutistas, los nuevos estudios demuestran que no hubiera sido biológicamente posible una evolución semejante del cerebro humano con dietas crudívoras o veganas y que la ingesta de carne fue un elemento crucial en la evolución del ser humano al menos un millón de años antes de la aparición de la humanidad.
 
Calorías para hacer crecer nuestros cerebros
En el núcleo de esta investigación está el hecho de que el cerebro humano moderno consume el 20 por ciento de la energía del cuerpo en reposo, el doble de la de otros primates. La carne y otros alimentos cocinados fueron necesarios para proveer de las calorías necesarias para que el ser humano pudiera desarrollar su cerebro.
Uno de los estudios, publicado por la Academia Nacional de Ciencias norteamericana y llevado a cabo por un grupo de científicos brasileños liderados por Suzana Herculano-Houzel examinó el tamaño de los cerebros de varios primates. En la mayor parte de las especies, los cuerpos más grandes tienen cerebros más grandes. Sin embargo, los seres humanos tienen un cerebro excepcionalmente grande, con muchas neuronas, para nuestro tamaño de cuerpo, mientras que los gorilas – tres veces más grandes que los seres humanos- tienen cerebros más pequeños y con un tercio de las neuronas de un humano. ¿Por qué?
La respuesta, parece ser, reside en la dieta basada en vegetales que llevan los gorilas, sin consumir proteína animal. Esta alimentación requiere de horas y horas para comer y poder proveer de las suficientes calorías al organismo.
El equipo liderado por Herculano-Houzel, una neurocientífica de la Universidad Federal de Río de Janeiro, calcula que la adición de neuronas al cerebro de los primates tiene un gasto de aproximadamente seis calorías por miles de millones de neuronas.
Para que los gorilas evolucionaran hacia un cerebro humano necesitarían 733 calorías adicionales por día, lo que les llevaría dos horas más de alimentación, según la autora. Un gorila ya gasta más del 80% de las 12 horas de luz que hay en el trópico en alimentarse.
Del mismo modo, los primeros seres humanos que comían únicamente vegetación cruda habrían necesitado más de nueve horas al día para consumir suficientes calorías, calcularon los investigadores.
“Cocinar hace más alimentos comestibles durante todo el año y libera más nutrientes y calorías tanto de las verduras como de la carne”, asegura Herculano-Houzel al Washington Post. “La conclusión es que es posible sobrevivir con una dieta crudívora en la actualidad, pero no lo era cuando apareció nuestra especie”.
El estudio pone un límite superior al crecimiento que podía llegar a tener un cerebro con una dieta crudívora o vegana entonces. Pero los investigadores no pudieron determinar cuando el ser humano comenzó a cocinar diariamente. ¿Fue hace unos 250.000 años, cuando los humanos estaban casi totalmente evolucionados con grandes cerebros? ¿O fue hace 800.000 años cuando el organismo de nuestros antecesores ejerció su máximo esfuerzo en desarrollar un cerebro mayor, en una era en la que hay pocas evidencias arqueológicas de hogueras para cocinar?
 
Conoce al carnívoro
Si la cocinar no era rutinario antes de la aparición del hombre moderno, comer carne sí que lo era.
En el segundo estudio, publicado en el diario PLoS ONE y liderado por Manuel Domínguez-Rodrigo, arqueólogo de la Universidad Complutense, se examinaron los restos de un niño que murió de desnutrición hace unos 1,5 millones de años. Fragmentos de un cráneo encontrado en la actual Tanzania revelan que el niño tenía hiperostosis porótica, un tipo de crecimiento del hueso esponjoso asociado con bajos niveles de hierro y vitaminas B9 y B12 en la dieta, como resultado de una carencia de productos de origen animal en una especie que requiere de ellos.
El niño rondaba la edad de destete, así que o bien la leche materna carecía de nutrientes claves o bien el niño no consumía suficientes nutrientes directamente de carne o huevos.
De cualquier manera, el hallazgo implica que la carne debió ser una parte integral, y no esporádica, de la dieta prehumana hace más de 1 millón de años, según el autor principal del estudio.
Esto apoya la teoría de que la carne ha alimentado la evolución del cerebro humano, porque la carne era abundante en la sabana africana, donde evolucionaron los seres humanos, y es el mejor aporte de calorías, proteínas, grasas y vitamina B12 necesarios para el crecimiento y el mantenimiento del cerebro.
«Los animales carnívoros, ya sean terrestres o marinos, tienen un cerebro más grande que los herbívoros” declara Domínguez – Rodrigo a LiveScience. Y agrega que «no hay sociedad [tradicional] que viva como los veganos», esencialmente porque no sería posible obtener la vitamina B12, que sólo está disponible en los productos animales.
Ambos grupos de investigadores afirmaron que su conclusión -que los alimentos cocinados y la carne eran necesarios para el desarrollo del cerebro humano- no es una declaración de cómo la dieta humana debe haber sido, sino más bien la forma en que fue para hacer a los seres humanos lo que son ahora.