Todd Orr estaba recechando ciervos el pasado sábado cuando se topó con una osa grizzly que iba con dos crías. El animal le atacó dos veces, aunque afortunadamente salió con vida del fatal encuentro.
4/10/2016 | Redacción JyS

ataques de animales
Todd Orr muestra sus heridas tras llegar a su vehículo / Facebook

Todd Orr, un cazador norteamericano, se encontraba cazando en Montana el fin de semana pasado, cuando tuvo lugar el fatal encuentro que podía haber acabado con su vida. Según relata él mismo en su perfil de Facebook, ya estaba sobre aviso de la presencia de grizzlies en la zona y había tomado precauciones para evitarlos –iba gritando cada poco tiempo, para ahuyentarlos-.
Pero cuando se había adentrado cinco kilómetros en el bosque, se produjo el primer encuentro. En un claro del bosque, el cazador vio a la osa con sus dos crías. La primera
Mordiscos y arañazos de la osa en el cuerpo de Orr / Facebook
Mordiscos y arañazos de la osa en el cuerpo de Orr / Facebook

reacción del animal fue huir unos pocos metros camino arriba, pero enseguida se dio la vuelta y cargó contra él.
“Grité varias veces para que supiera que era un humano; esperaba que se diera la vuelta y huyera. Pero no fue así”, narra Orr en su muro de Facebook. “En sólo unos segundos estaba enfrente de mí. La rocié con un spray repelente y desapareció a través de la nube de polvo que formó éste”, continúa el cazador.
Inmediatamente el hombre se dio cuenta de la gravedad de sus heridas, y puso rumbo hacia su vehículo. Pero en el camino, cinco o diez minutos después según cuenta él mismo, sus peores presagios se volvieron realidad y la osa apareció de nuevo.
“Escuché un ruido y me giré; entonces la vi de nuevo. Me había seguido y estaba a pocos metros detrás de mí. En pocos segundos la volví a tener encima”, escribe Orr. “¡No podía creer que esto me estuviera sucediendo por segunda vez! ¿Por qué a mí? Ya había sobrevivido a un ataque, pero me preguntaba si lo conseguiría de nuevo”, reflexiona en su post.

Sorprendentemente, también sobrevivió al segundo ataque con mordiscos y arañazos por todo el cuerpo. La lesión más grave que sufrió fue un brazo partido por un bocado de la osa. Afortunadamente, tras este segundo ataque consiguió llegar a su camioneta, donde al llegar grabó su testimonio. Finalmente se dirigió al hospital más cercano por sus propios medios.