Los cazadores de la sociedad de Monforte habían fabricado un cercado para criar pollos de perdiz con el fin de que se aclimataran mejor al terreno y el índice de supervivencia tras la suelta fuera mayor. De las 400 que compraron sólo han quedado 20.
30/1/2017 | Redacción JyS

ataque ecoterrorista
Perdices deambulando por los aledaños del cercado. / La Voz de Galicia

Según publica La Voz de Galicia, el coto de la localidad de Monforte de Lemos había preparado un cercado dentro del propio terreno para criar perdices en estado salvaje con el fin de repoblar la temporada que viene. Pero la semana pasada sufrieron un ataque en el que la valla resultó dañada y los jóvenes ejemplares de perdiz roja que allí se encontraban escaparon.
El sistema de cría que empleado pretendía acabar con la mortalidad que, por lo general, se produce cuando se realizan repoblaciones con ejemplares ya adultos que no están aclimatados al terreno. La mayoría de estos sucumben ante los depredadores del mismo coto, por ello en el de Monforte prefirieron criar pollos de perdiz con este sistema de cercado.
En este vallado, de aproximadamente seiscientos metros cuadrados, se encontraban 400 perdices, que en el momento del ataque tenían alrededor de once meses, según publica el citado medio, y pronto iban a ser soltadas en una zona acondicionada de siembras de trigo, maíz y centeno.

Recompensa a quien aporte datos sobre el ataque ecoterrorista

Manuel Casares, presidente del coto de Monforte, asegura a La Voz de Galicia que las patirrojas estaban preparadas para ser liberadas pero que “la zona de las Lamas –donde se encontraba el cerrado- no está preparada para que vivan”. Aunque las autoridades están investigando actualmente la autoría de los hechos, el modus operandi es propio de grupos ecoterroristas como el que liberó 3.000 faisanes en una granja de Salamanca en septiembre de 2015. Por este motivo, Casares afirma que están dispuestos a dar una recompensa por información que pueda revelar la autoría de estos hechos.
Aun así, y a pesar de que los cazadores de la sociedad no creen que las perdices liberadas en el supuesto ataque puedan sobrevivir, cuando llegaron al cercado aún quedaban veinte ejemplares dentro, que serán liberados en la zona aclimatada. Además, el coto estudia hacer una nueva compra –esta vez de ejemplares adultos- para soltarlas junto a las veinte restantes en la zona de cultivos establecida.